Skip to main content
Noticeu

La Diócesis de Minas tiene un nuevo sacerdote: Fausto Alejandro Castaño

By 29/06/2018No Comments

36062918_1028533887314648_5438729172962770944_n

El sábado 23 de junio el Obispo de Minas, Mons. Jaime Fuentes, ordenó sacerdote a Fausto Alejandro Castaño Pintos, oriundo de la ciudad de Lascano, quien se encuentra actualmente prestando se servicio pastoral en la Parroquia de Mariscala y desde allí atiende la Parroquia de Aiguá.

La ordenación fue una gran fiesta diocesana, con una Catedral colmada de fieles y amigos. Acompañaron en la celebración Mons. Rodolfo Wirz, actualmente Administrador Apostólico de la Diócesis de Maldonado, sacerdotes, religiosas y religiosos de la Diócesis de Minas, diáconos, y sacerdotes de otras Diócesis, entre ellos, algunos jóvenes con los que compartió sus años de formación en el Seminario Interdiocesano “Cristo Rey”. Se trató de una celebración muy emotiva entre otras razones porque el padre del nuevo sacerdote es Diácono de esa misma Diócesis y junto con su esposa vivieron este momento con mucha alegría.

En su homilía, el Obispo dio gracias a Dios “por la elección que ha hecho”. Recordó que “Dios es el que llama, así como hizo también Jesús, el Verbo encarnado, que eligió a unos hombres `para que estuvieran con Él´, dice el Evangelio, y `para enviarlos a predicar´”.

Refiriéndose a la primera Lectura proclamada en la víspera de celebrar el nacimiento de san Juan Bautista, el Obispo señaló que “ha vuelto a sorprendernos el misterio de que Dios elige a quien Él quiere y a pesar de sí mismo, se puede decir”. “Domina el YO de Dios, esta es Su voluntad y solamente cabe una respuesta: `Aquí estoy, Señor, para cumplirla´”. El Pastor profundizó sobre esta certeza  y agregó que “es verdad, Dios lo pide, superando infinitamente nuestros pensamientos y aspiraciones: Él encuentra un terreno apropiado, preparado por unos padres de familia, un terreno cuidado, regado… y en él planta la semilla de la vocación, que se expresa en una inquietud por seguirlo, por darle la vida, que es lo que tenemos de más valioso…”. “¡Gracias, Fausto y María Rosa por lo que ustedes han hecho!…”, exclamó dirigiéndose a los padres del ahora Pbro. Alejandro.

Refiriéndose al Ministerio del nuevo sacerdote, el Obispo le dijo que no se acostumbre nunca a celebrar la Santa Misa. Le pidió al Señor que “cada día crezca tu amor al hacerlo, que vivas de ella, ‘que busques a Cristo, que encuentres a Cristo, que ames a Cristo´ (San Josemaría), fuente de tu sacerdocio y el único a quien tenemos que imitar”. Refiriéndose al Sacramento de la Reconciliación le auguró “el deseo de administrar a muchas almas, este sacramento de la misericordia divina que nos da la paz y nos reconcilia con Dios y con la Iglesia”. “Serás administrador de la gracia divina, de la vida divina que el Señor nos da por medio de los sacramentos”, subrayó.

“Te deseo y te animo a tratar de reflejar mejor cada día, en tus palabras, en tu servicio sin distinciones, en tu disponibilidad, lo que la Iglesia verdaderamente es: una Madre que conoce y quiere y se preocupa de sus hijos, sobre todo de los que más lo necesitan, y los atiende con cariño, como Buen Pastor, para que se acerquen a Cristo, para que lo encuentren y lo amen”, le expresó el Obispo de Minas. En su homilía le recomendó prestar su primera atención a los hermanos sacerdotes: “Que los quieras mucho, con virtudes y defectos; que nada te separe de ellos; que los ayudes y te dejes ayudar: con la corrección fraterna hecha con cariño, dando facilidades para recibirla con agradecimiento… a solas, en confianza. Siempre cuesta más hacerla que recibirla”.

Al concluir, el Obispo le recordó que María “estará siempre muy cerca, para alegrarse contigo, para ayudarte, para animarte”. Recordó, asimismo, la anécdota de que cuando Alejandro tenía apenas tres meses los papás lo llevaron a la Virgen del Verdún para agradecerles su venida al mundo y recomendarlo a Ella. El día previo a sus ordenación sacerdotal los papás lo volvieron a hacer.

“Que la Virgen Santísima te lleve a Jesús y te bendiga en cantidad, ahora y siempre”, auguró finalmente el Obispo de Minas.

Más fotos https://www.facebook.com/diocesisdeminas/posts/1028536360647734

WhatsApp Image 2018-06-25 at 10.26.15

El Paro. Alejandro con su mamá

 

Texto completo de la homilía de Mons. Jaime Fuentes:

 

Querido Alejandro, queridos Fausto y María Rosa, queridos hermanos: llegó el día que todos esperábamos con una gran ilusión. La Catedral está llena: nos acompaña Mons. Rodolfo Wirz, que fue Administrador Apostólico de Minas; están sacerdotes amigos, y todos los sacerdotes de nuestra Diócesis, en la que sirve pastoralmente Fausto como diácono permanente; están otros diáconos, hermanos suyos en el mismo servicio; y religiosas, religiosos y amigos y compañeros, de toda la Diócesis de Minas y de otros sitios, que quizás desde hace muchos años han rezado para que Alejandro fuera ordenado sacerdote… “Todo tiene su tiempo”, dice la Sagrada Escritura. Ese día ha llegado.

El primer pensamiento es darle gracias a Dios por la elección que ha hecho. En la primera Lectura de esta Santa Misa, en la víspera de celebrar el nacimiento de san Juan Bautista, ha vuelto a sorprendernos el misterio de que Dios elige a quien Él quiere y a pesar de sí mismo, se puede decir.

Domina el YO de Dios, esta es Su voluntad y solamente cabe una respuesta: “Aquí estoy, Señor, para cumplirla”. Hace poco más de una semana, el Padre Jarek, ahora mismo en Polonia, celebró 25 años de su ordenación sacerdotal, y en un momento, reflexionando sobre su vocación, dijo con completa sencillez: ¿Por qué me hice sacerdote? No sé… porque Dios me lo pidió… Y he experimentado en estos 25 años que los planes y los proyectos de Dios son los mejores…y me han hecho muy feliz!

Es verdad, Dios lo pide, superando infinitamente nuestros pensamientos y aspiraciones: Él encuentra un terreno apropiado, preparado por unos padres de familia, un terreno cuidado, regado… y en él planta la semilla de la vocación, que se expresa en una inquietud por seguirlo, por darle la vida, que es lo que tenemos de más valioso… ¡Gracias, Fausto y María Rosa por lo que ustedes han hecho!…

Primera idea, entonces, Dios es el que llama, así como hizo también Jesús, el Verbo encarnado, que eligió a unos hombres “para que estuvieran con Él”, dice el Evangelio, y “para enviarlos a predicar”, Los fue formando para que fueran otros Cristos…,“pescadores de hombres”, predicadores del amor de Dios a los hombres. Él los ordenó sacerdotes.

“Para que estuvieran con Él”: esto es lo esencial: intimar con Jesucristo, conocerlo a fondo, como consecuencia del trato con Él… “Sin Mí no podrán hacer nada”…

Fue en la última cena cuando, a aquellos que había elegido,  les dio el poder increíble de vivir renovando la Alianza que haría eficaz al día siguiente, entregando su vida en la Cruz. Alejandro, tú lo vas a decir cada día y el Señor te va a obedecer: “Tomen y coman: esto es mi Cuerpo; tomen y beban, que esta es la Sangre de la nueva y eterna Alianza, que se derrama para el perdón de los pecados”…

Es estremecedor pronunciar estas palabras. Le pido al Señor, querido Alejandro, que no te acostumbres nunca a celebrar la Santa Misa: que cada día crezca tu amor al hacerlo, que vivas de ella, “que busques a Cristo, que encuentres a Cristo, que ames a Cristo” (San Josemaría), fuente de tu sacerdocio y el único a quien tenemos que imitar.

Con la elección, Jesús quiso confiarte también, como a los apóstoles, el poder que solamente Él tenía: “a los que ustedes les perdonen los pecados, les quedarán perdonados”. ¿Quién sos tú, quién soy yo para hacerlo?… Te deseo que tengas el deseo de administrar a muchas almas, este sacramento de la misericordia divina que nos da la paz y nos reconcilia con Dios y con la Iglesia. Serás administrador de la gracia divina, de la vida divina que el Señor nos da por medio de los sacramentos.

Querido Alejandro, vas a ser ordenado sacerdote en la Iglesia y para la Iglesia. Uno puede pensar en la Iglesia como institución, puede estudiarla y opinar acerca de ella, y hablar del Papa y de los Obispos y de los sacerdotes… Esto NO te lo deseo. En cambio, sí te deseo y te animo a tratar de reflejar mejor cada día, en tus palabras, en tu servicio sin distinciones, en tu disponibilidad, lo que la Iglesia verdaderamente es: una Madre que conoce y quiere y se preocupa de sus hijos, sobre todo de los que más lo necesitan, y los atiende con cariño, como Buen Pastor, para que se acerquen a Cristo, para que lo encuentren y lo amen.

Si me preguntas quién merece tu primera atención, te respondo enseguida: tus hermanos sacerdotes. Que los quieras mucho, con virtudes y defectos; que nada te separe de ellos; que los ayudes y te dejes ayudar: con la corrección fraterna hecha con cariño, dando facilidades para recibirla con agradecimiento… a solas, en confianza. Siempre cuesta más hacerla que recibirla.

Tú sos testigo, Alejandro, de la huella tan profunda que ha dejado en Minas, sobre todo, un sacerdote, el Padre Mario Inmediato. No ha sido porque tuviera dotes extraordinarias de inteligencia o porque su predicación fuera brillante, o por sus libros… Fue porque supo hacerse todo para todos y gastar su vida sirviendo, rezando, queriendo a la gente.

Mañana vas a celebrar la Santa Misa por primera vez, en tu pueblo, Lascano, que te vio nacer. De tarde, en Mariscala, donde fuiste destinado para trabajar con el P. Fernando, atendiendo esa parroquia y la de Aiguá. Ojalá que en tu corazón alimentes siempre el deseo de servir donde el Obispo te lo pida, sabiendo que fue obedeciendo como Jesucristo nos redimió y el discípulo no puede pretender ser diferente de su Maestro.

Te gusta el cine…Hay muchas escenas conmovedoras en la película La Pasión de Cristo, una de ellas especialmente. María, con todo el dolor del mundo, acompaña a su Hijo camino del Calvario y recuerda cuando Él era un niño, una vez que se cayó y Ella corrió hasta Él… Ahora la Virgen sólo puede ayudarlo emocionalmente… Se acerca a su Hijo y Él le dice: “Yo hago nuevas todas las cosas”… Esto no aparece en el Evangelio, está en el libro del Apocalipsis; san Juan lo pone en boca de Jesucristo, que venció al demonio precisamente cargando con la Cruz, en la cual fueron pulverizaos nuestros pecados. Fue así, como Él hizo nuevas todas las cosas.

Alejandro, ese es el lema de tu sacerdocio. María Santísima es especialmente Madre de los sacerdotes, porque ve en ti a su Hijo: es Él quien hoy hace de ti un hombre nuevo por el sacramento del Orden sagrado. Te diría que EL ALE ha muerto, para que nazca el PADRE ALEJANDRO. Y porque serás otro Cristo, el mismo Cristo, no dudes que Ella estará siempre muy cerca, para alegrarse contigo, para ayudarte, para animarte.

Tú no te acordarás… Tenías tres meses solamente cuando tus padres te trajeron a la Virgen del Verdún, para agradecerle tu venida al mundo y para encomendarte a Ella… Por eso, ayer hicieron lo mismo… Que la Virgen Santísima te lleve a Jesús y te bendiga en cantidad, ahora y siempre. Amén.