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La Academia en Uruguay se abre al poder sanador de la  espiritualidad

By 04/11/2016No Comments

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La formación de los médicos debería integrar la dimensión de la espiritualidad, sugiere el Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti, en su columna semanal en el Diario “Cambio”.

El Obispo alude a una investigación reciente, realizada por bachilleres de medicina de nuestro país, que “puso el foco en la espiritualidad de pacientes internados en dos hospitales del Estado (Maciel y Pasteur)”.

Más del 80 % de los pacientes consultados para la investigación afirmaron que les hubiera gustado que sus médicos les preguntaran sobre su espiritualidad, aspecto que suelen omitir.  Ante esta evidencia, Mons. Galimberti considera relevante que “los médicos sepan detectar este factor ‘sanador´¨ y señala que esta dimensión debería ser incorporada en la formación de los futuros médicos.

Si bien en Uruguay recién se está comenzando a investigar al respecto, en otros países como Estados Unidos las investigaciones sobre la incidencia de la espiritualidad  en la medicina se remontan a los 90.

El Obispo explica que “el trabajo, supervisado por dos docentes y apoyado por técnicos para recabar datos y tabular resultados, fue realizado según estrictas pautas de investigación. Primero se pusieron de acuerdo en los elementos básicos que configuran la `espiritualidad´”.`Coincidieron en considerar espiritualidad las aspiraciones, los valores, convicciones, y creencias “que repercuten en el modo de enfrentar situaciones de estrés, pérdidas y enfermedades”.

“Una cosa quedó clara: `lo espiritual´ es parte de la salud humana. No un dato periférico´”, concluye Galimberti, al tiempo que explicita su felicitación “a los futuros médicos que se predisponen a incorporar en su profesión la dimensión espiritual como vivencia significativa en pacientes uruguayos. Una honestidad profesional que vale la pena destacar”.

 

“Los médicos no son mecánicos” 

Mons. Pablo Galimberti

Una investigación reciente, realizada por bachilleres de medicina de nuestro país, puso el foco en la espiritualidad de pacientes internados en dos hospitales del Estado (Maciel y Pasteur). El 90% expresó satisfacción ante la consulta de sus médicos sobre la fuente de sus fuerzas. Es “algo” importante y echan de menos cuando los médicos lo omiten.

Quien vive un vínculo religioso, cualquiera sea la modalidad, lo sabe por propia experiencia. Pero es positivo que también los médicos sepan detectar este factor “sanador”.

La investigación uruguaya es de junio del 2016. Asomándome a la bibliografía citada, descubrí a la Dra. Christina Puchalski. De ella tomé el título para esta columna. “No somos mecánicos que reparan las partes dañadas del cuerpo –afirma-, ni la salud es la mera ausencia de enfermedad. La salud es bienestar que incluye el espíritu. Por eso a la compasión la considero tratamiento al igual que los fármacos.”

Esta  investigadora inició un programa piloto integrado por doctores, sicólogos, terapeutas, sacerdotes (pastores, rabinos…), familiares del enfermo que lo deseen y al propio paciente. Los trabajos de la científica americana de origen polaco son de comienzos de los 90. Después de un cuarto de siglo en nuestro país la academia encara seriamente esta realidad.

El trabajo, supervisado por dos docentes y apoyado por técnicos para recabar datos y tabular resultados, fue realizado según estrictas pautas de investigación.

Primero se pusieron de acuerdo en los elementos básicos que configuran la “espiritualidad”. Una cosa quedó clara: “lo espiritual” es parte de la salud humana. No un dato periférico.

Entienden por “espiritualidad” fenómenos como: aspiraciones, valores, convicciones, creencias… que repercuten en el modo de enfrentar situaciones de estrés, pérdidas y enfermedades. Según autores consultados, “espiritualidad” es una manera de encontrar significado a la vida, conectando con el ámbito de “lo sagrado” o trascendente. La base de esta visión del ser humano puede representarse como un triángulo cuyos lados son: cuerpo, mente y alma.

La bibliografía consultada señala un resultado positivo para la salud, fruto de la práctica o creencias de los pacientes que se declaran creyentes.

“¿Alguna vez un médico les preguntó sobre su “espiritualidad”? 91% contestaron que no. De los que refirieron que nunca fueron consultados por sus médicos, 83,5% expresaron que les hubiera gustado que lo hicieran.

Por tanto esta dimensión de alguna forma debería ser incorporada en la formación de los futuros médicos. Así lo han comprobado manejando la literatura médica de Estados Unidos y Brasil, que mencionan en la bibliografía, y que por el momento ellas son las pioneras en este campo de investigación en nuestro país.

La zona de la “espiritualidad” se vincula con rostros concretos. Para los pacientes uruguayos observados en hospitales del sector público, frente a la pregunta sobre la fuente vehiculizadora de sus fuerzas, la familia fue la opción más elegida.

Ante la crisis provocada por la enfermedad, lo peor son las mentiras. Escribe Tolstoi: “No era cuestión de vida o muerte sino de si aquello era un riñón flotante o una apendicitis…” (La muerte de Iván Ilich).

Felicitaciones a los futuros médicos que se predisponen a incorporar en su profesión la dimensión espiritual como vivencia significativa en pacientes uruguayos. Una honestidad profesional que vale la pena destacar.

Columna publicada en el Diario «Cambio» del viernes 4 de noviembre de 2016