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Despertando la memoria para dar paso a “algo diferente”

By 08/12/2017No Comments

MonsGalimberti

Próximos a la Navidad, el Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti, invita a despertar el corazón y a no vivirla como “como otra más, repitiendo gestos con “escaso significado”,  sino dando paso a “algo diferente” que “se cruce como estrella fugaz en nuestra memoria”.

En su columna del Diario “Cambio” publicada este viernes 8 de Diciembre, el Obispo resalta la profunda significación que “adquiere `Belén´, lugar del nacimiento de Jesús y meta de un paciente camino donde podemos `volver a nacer´”.

En su reflexión, Mons. Galimberti insta a “vivir despiertos y atentos a lo que la brújula o GPS interior nos va pautando. Para no vivir a los empujones, cumpliendo tareas que un `gran hermano´ nos impone y controla”.

Despertando la memoria 

Mons. Pablo Galimberti

Aunque no falten preocupaciones y urgencias propias del último mes del año, en que a veces se respira la sensación de que se acabara el mundo, también es probable que “algo diferente” se cruce como estrella fugaz en nuestra memoria. Junto a la crónica policial, política, deportiva o social, he comprobado que muchos buscamos o esperamos algo diferente.

No me refiero a simples recuerdos de fechas o nombres, que personajes como Funes, el compadrito de Fray Bentos del cuento de Borges, son capaces de manejar.

Lo nuevo suele acontecer, por lo general, cuando asumimos una disposición y otro ritmo. Esa actitud de atención o vigilante es la que proponía la página evangélica del Domingo pasado: “Estén prevenidos, porque no saben cuando llegará el momento”. No se trata de una actitud temerosa para precavernos frente a cualquier emergencia. No es tampoco cuestión de llevar un almanaque con los compromisos de cada día o de contratar un seguro.

Es algo mas sutil. En un grupo o familia puede haber cinco personas y solo una advierte eso diferente. Saint Exupéry dedica un hermoso capítulo de Ciudadela al centinela dormido, que olvidando su noble oficio de cuidar y proteger a una ciudad se deja vencer por el sueño. Y dice que está bien que sea castigado.

La “vigilancia” no hay que reducirla a una tarea de control de un organismo fiscalizador o policial. Es vivir despiertos y atentos a lo que la brújula o GPS interior nos va pautando. Para no vivir a los empujones, cumpliendo tareas que un “gran hermano” nos impone y controla.

Esta actitud vigilante me hace pensar en la tarea impostergable de un padre o madre, de un educador o tutor. Su misión es prever y salir al cruce de momentos de “crisis”, cuando los equilibrios se rompen y lo cotidiano se altera bruscamente.

Acaba de publicarse la versión italiana de escritos selectos de la psiquiatra británica Nina Coltart (1927-1997) que dirigió durante 10 años una clínica con un enfoque nuevo cercano a la religión y a la fe. El primer capítulo lleva el nombre “Arrancar hacia Belén”. Belén es la meta positiva por excelencia, el lugar del nacimiento para llegar a la luz. Muy lejos está de ser un método que apenas aplicado produzca resultados.

Colart recalca mucho la actitud de atención, del “dejar suceder”, algo que parece sencillo pero en realidad requiere mucho entrenamiento. Pero lo más hermoso es que plantea como meta novedosa de su tarea, un segundo nacimiento, el descubrimiento de un Belén.

Solo quiero rescatar aquí la profunda significación que adquiere “Belén”, lugar del nacimiento de Jesús y meta de un paciente camino donde podemos “volver a nacer”.

De muchas formas podemos disponernos a la próxima Nochebuena. En  plaza Artigas se han venido reuniendo hasta hoy un grupo de personas que frente a la Catedral rezan a las 7 y 30 de la mañana el rosario. Oración en la cual se recita el Ave María según las palabras que están en el Evangelio de Lucas. Modo de despertar el corazón y que la próxima Navidad no la vivamos como otra más, repetición de gestos con escaso significado.

En mi infancia a partir del 8 de diciembre empezaba con mis hermanos el armado del pesebre. Y entre el desorden y barullo de abrir cajas el corazón despertaba y se disponía para caminar hacia Belén, lugar de un nuevo nacimiento.

Columna del diario «Cambio» del viernes 8 de diciembre de 2017