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Mons. Pedro Wolcan: “Él está entre nosotros, aún cuando no lo percibamos, no lo reconozcamos o cuando lo hallamos olvidado”

By 03/04/2021No Comments

 

“Me hago cercano a todos, nos hacemos cercanos unos y otros ante la afectación que golpea a la humanidad y particularmente a cada uno de aquellos con quienes compartimos esta bendita tierra del ‘Uruguay profundo’. Ninguno ha de sentirse indiferente y todos somos tocados por lo vivido personalmente o por la situación del prójimo”, expresa el obispo de Tacuarembó, Mons. Pedro Wolcan, en su mensaje de Pascua .

“Como a las mujeres de la madrugada y al celebrar la Pascua de Resurrección y ante tantas situaciones de vulnerabilidad humana recibimos el reconfortante anuncio dado a ellas: ‘No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí´”. “Que este anuncio que se escuchó en la mañana de la Resurrección, resuene con fuerza en nuestros corazones y nos anime a fortalecer a los hermanos que viven paralizados por el miedo en las diversas situaciones de vida”, augura el pastor. “Él está entre nosotros, aún cuando no lo percibamos, aún cuando no lo reconozcamos, aún cuando lo hallamos olvidado”, asevera.

“La propia situación de vida que tenemos al presente es una invitación para volver a Él, para descubrirlo cercano y en medio nuestro, para poder cobrar fortaleza y renovarnos en la Fe en aquel que sustenta nuestra vida, que nos la ha dado y por lo tanto pertenencia suya somos y debemos tener certeza de que no nos abandona”, enfatiza Mons. Wolcan.

“Como Pueblo suyo, compartiendo con todos la vida y lo que ella conlleva; sus preocupaciones y esperanzas; las de nuestras Comunidades, la de tantos hermanos nuestros, busquemos descubrir e interpretar las señales de Dios en medio de los acontecimientos que marcan nuestros días y aprendamos a mirar con Dios este tiempo”, anima Mons. Wolcan.

 

Mensaje de Pascua de Resurrección 2021

Al Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Tacuarembó
A todos los vecinos y vecinas
A cuantos viven en esta región

Al dirigirme a ustedes y saludarlos con afecto de Pastor en la presente Pascua de Resurrección, no puedo obviar ni ser distraído para cuantos han padecido y padecen de distintas maneras y en variadas circunstancias las consecuencias de la Pandemia provocada por el virus Covid 19.

Me hago cercano a todos, nos hacemos cercanos unos y otros ante la afectación que golpea a la humanidad y particularmente a cada uno de aquellos con quienes compartimos esta bendita tierra del “Uruguay profundo”.  Ninguno ha de sentirse indiferente y todos somos tocados por lo vivido personalmente o por la situación del prójimo.

Vivimos en estos tiempos los límites experimentados por la turbulencia que nos toma en  el mar de la vida, hermanados en el Bien de Dios, y sujetos todos en la fragilidad y límites que tocan nuestra existencia.

Si grande fue el desconcierto y desazón de las mujeres que a primera hora de la mañana fueron al sepulcro y lo encontraron vacío, no menor es el símil sentimiento que toca hoy nuestro corazón ante las situaciones de dolor e incomprensión muchas veces para con ellas.

Como a las mujeres de la madrugada y al celebrar la Pascua de Resurrección y ante tantas situaciones de vulnerabilidad humana recibimos el reconfortante anuncio dado a ellas: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí».

El joven vestido de blanco apela a la identidad temporal de Jesús y les anuncia la realidad nueva y definitiva, para siempre: «Ha resucitado, no está aquí».

Que este anuncio que se escuchó en la mañana de la Resurrección, resuene con fuerza en nuestros corazones y nos anime a fortalecer a los hermanos que viven paralizados por el miedo en las diversas situaciones de vida.

Resucitado ha venido a nosotros, la promesa hecha a sus discípulos e invitados a recordarla es también para este tiempo, para nosotros, Él está entre nosotros, aún cuando no lo percibamos, aún cuando no lo reconozcamos, aún cuando lo hallamos olvidado.

La propia situación de vida que tenemos al presente es una invitación para volver a Él, para descubrirlo cercano y en medio nuestro, para poder cobrar fortaleza y renovarnos en la Fe en aquel que sustenta nuestra vida, que nos la ha dado y por lo tanto pertenencia suya somos y debemos tener certeza de que no nos abandona.

Como Pueblo suyo, compartiendo con todos la vida y lo que ella conlleva; sus preocupaciones y esperanzas; las de nuestras Comunidades, la de tantos hermanos nuestros, busquemos descubrir e interpretar las señales de Dios en medio de los acontecimientos que marcan nuestros días y aprendamos a mirar con Dios este tiempo.

“Sintiéndonos testigos elegidos de antemano por Dios”, vivamos como privilegio y Don recibidos en la acción y Misión que se nos encomienda siendo una Iglesia en salida enviada a los más, respondiendo a la exigencia de la palabra que se nos proclama con la belleza de su anuncio, “Y nos envió a predicar al Pueblo, y atestiguar que Él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos”. Cfr. Hch. 10,41

Animados por Su Palabra y por el encuentro con Él en la Eucaristía, ¡educados y alimentados por su Palabra y por la Eucaristía somos llamados a anunciar la Verdad que nos fue revelada y que es siempre actual Jesucristo ha resucitado!!!

Implorando la siempre maternal protección de la Virgen María, Madre de la Patria, Virgen de los Treinta y Tres y la ayuda de San José para construir cada hogar y particularmente la “casa común” los saludo con particular afecto y les imparto mi bendición.

+Pedro Wolcan Olano
Obispo de Tacuarembó

Tacuarembó, 25 de marzo de 2021
Solemnidad de la Anunciación del Señor