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Mons. Milton Tróocoli: Santa Teresa, «maestra de humanidad», nos sigue hablando hoy

By 16/10/2015noviembre 27th, 2015No Comments

obispo santa teresa

La Familia Teresiana se congregó el jueves 15 de octubre en la Catedral Metropolitana para el cierre de las celebraciones del V Centenario del nacimiento de su fundadora, Santa Teresa de Jesús, con una Eucaristía presidida por el Obispo Auxiliar de Montevideo, Mons. Milton Tróccoli.

En un templo colmado, las congregaciones de Teresa en Uruguay: Carmelitas Misioneras Teresianas, Compañía de Santa Teresa de Jesús y la Intitución Teresiana compartieron la Misa concelebrada por más de una decena de sacerdotes diocesanos y religiosos.

En su homilía, Mons. Tróccoli presentó a santa Teresa como una «maestra de humanidad» y animó a, como ella , transmitir la alegría en la Iglesia, las comunidades y en las familias. Asimismo, el Obispo Auxiliar de Montevideo, ofreció las claves para hablar al mundo de hoy, especialmente a los jóvenes,  desde la vida y el mensaje de la santa.

Al inicio de su prédica Mons. Tróccoli transmitió el saludo fraterno del Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla, quien deseaba presidir esa celebración pero le fue imposible por la designación del Papa para que participara en el Sínodo de Obispos que tiene lugar estos días en Roma.

El Obispo afirmó que “Teresa de Jesús fascina y atrapa con su personalidad” y que “en ella se unen de un modo especial humanidad y comunicación de una profunda experiencia de Dios”. “Es una de las imágenes más atractivas de mujer de fe, consagrada en la única forma religiosa que conoció en su época, y que cautiva por su lucidez, sentido común y fino sentido del humor”, resaltó el Obispo.

El Obispo recordó que “Teresa de Jesús irrumpe en la Historia de la Iglesia en una época compleja, no en una época de cambios, sino en un cambio de época, hace 500 años, como vivimos también ahora.”  Teresa “llega con pasión de letras, como dice ella, es decir, con deseos de saber lo que vive y de poner de acuerdo la fuerza del amor y la luz de la razón”, resalta.  “Es mujer, que sabe mirar y escuchar el tiempo que le ha tocado vivir y comenta: no son tiempos de desechar ánimos varoniles (por fuertes y arriesgados) aunque sean de mujeres”, recuerda el Obispo Auxiliar de Montevideo. “También es una gran maestra de oración, y es creadora de un nuevo estilo de comunidad, familiar y con amplios espacios para la responsabilidad personal, siendo uno mismo, una misma, en la relación de amistad con Dios y con los demás”, agrega.

TERESA : UNA SUPERDOTADA PARA LA RELACION

Aludiendo a varios testimonios sobre la capacidad de comunicación y la alegría de la santa, Mons. Tróccoli recordó que “los santos son normalmente alegres, comunicativos, expansivos, simpáticos, con un humanismo desbordante, y esto es así tanto en Teresa de Jesús, como en Francisco de Asís, como en Juan de la Cruz, Dios es comunicación y fuente de alegría”. “No se trata de la alegría que viene desde el exterior, sino la que viene de dentro, de la profundidad de quien ha encontrado la fuente de agua viva”, puntualizó.

“La alegría que viene de Dios es perfectamente compatible con la sombra de los pesares y con el conocimiento del dolor y de la muerte, es una alegría no ruidosa, no efímera, serena y consciente de sí misma”, aseveró, al tiempo que destacó la importancia de “no perder esa alegría, en la Iglesia, en nuestras comunidades, en nuestras familias”.

Mons. Tróccoli subrayó que “Teresa de Jesús recibió el enorme don de estar superdotada para la relación” y precisó que “la entrada de Dios en su vida, amor que le configura, la libera para amar y constituye el filtro por el que han de pasar los demás ‘amores’ de su vida”.

“Quien se acerca a Teresa de Jesús descubre sin duda una mujer atractiva en el campo de las relaciones, fluida y entrañable, espontánea y viva, franca y honda con los demás. En definitiva, una maestra de humanidad”, resaltó el Obispo Auxiliar de Montevideo.

Mons. Tróccoli destacó otro aspecto que caracterizaba la vida y el mensaje de la santa y fue el lugar que le asignaba a la experiencia “marcada siempre ´más que por el hacer, por comenzar dejándose hacer por Dios´-”….

“Ella sabe que conocer por experiencia fuerza, de alguna manera, irresistiblemente, a vivir en consecuencia”, precisó el Obispo.

EL CARISMA SIEMPRE NUEVO

Mons. Tróccoli manifestó en su prédica que si bien el carisma “tiene su punto de partida en un pasado histórico” (…) es presente vivo que reclama una fidelidad renovadora permanente, porque el carisma se encarna hoy en personas concretas y en momentos históricos concretos”.

“Por tanto, los elementos esenciales de un carisma ni se han vivido todos, ni se han agotado por parte del fundador o por parte de la más ilustre de las generaciones pasadas; son susceptibles siempre de posteriores profundizaciones y explicaciones; y las estructuras en las que se expresa ese carisma tienen que traducir y transparentar las nuevas vetas carismáticas descubiertas”, puntualizó..

TERESA NOS SIGUE HABLANDO HOY

“Si hay algo que caracteriza el momento actual que vivimos en el campo de lo religioso es la necesidad de experiencia. Los jóvenes no están pidiendo hoy pruebas de que Dios existe. Piden una experiencia de Dios”, afirmó el Pastor  al tiempo que señaló que “al seguidor de Jesús de Nazaret se le busca hoy como maestro o maestra del encuentro personal con él”.

“La fortaleza de Teresa de Jesús nació siempre del manantial inagotable del amor del Amigo (con mayúscula). Este fue el secreto de su vida. Este es el secreto de la vida”, sostuvo.

Al culminar su homilía, el Obispo Auxiliar de Montevideo subrayó que “ Teresa nos sigue hablando hoy” y

– “No hay tiempos imposibles, pueden ser difíciles, pero no imposibles para vivir y anunciar el encuentro con Cristo. Para hacer experiencia del Dios Vivo.
– Que la experiencia de Dios nos hace crecer en humanidad, y en todas las virtudes humanas que construyen y edifican nuestra sociedad.
– Nos enseña la firmeza para cumplir la voluntad de Dios, la reciedumbre interior, de quién se determina por el Amigo fiel, y quiere vivir para él.
– Ella es intrépida y arriesgada para abrir nuevos caminos. No tenemos que dejarnos paralizar por los temores, o las sombras, a la hora de emprender los caminos del Espíritu.
– Nos dice que nuestro mundo necesita amigos fuertes de Dios, capaces de comunicar con su vida donde está la verdadera fuente del agua viva, de acompañar a otros en el camino del encuentro con Dios, para que puedan decir, como los contemporáneos de la Samaritana, “ya no creemos por lo que nos dijiste, sino porque lo hemos visto y escuchado”.

Santa Teresa

Síntesis de la homilía  de Mons. Milton Tróccoli en la celebración conclusiva del V Centenario del nacimiento de Sta. Teresa de Jesús. 

Feliz Fiesta para toda la familia teresiana.

El cardenal Sturla que deseaba presidir esta celebración les manda un saludo fraterno desde Roma, donde está participando en el Sínodo de los obispos, y se une en la oración desde allí.

Teresa de Jesús irrumpe en la Historia de la Iglesia en una época compleja, no en una época de cambios, sino en un cambio de época, hace 500 años, como vivimos también ahora.

Llega con pasión de letras, como dice ella, es decir, con deseos de saber lo que  vive y de poner de acuerdo la fuerza del amor y la luz de la razón.

Es mujer, que sabe mirar y escuchar el tiempo que le ha tocado vivir y comenta: no son tiempos de desechar ánimos varoniles (por fuertes y arriesgados) aunque sean de mujeres. También es una gran maestra de oración, y es creadora de un nuevo estilo de comunidad, familiar y con amplios espacios para la responsabilidad personal, siendo uno mismo, una misma, en la relación de amistad con Dios y con los demás.

En ella se unen de un modo especial humanidad y comunicación de una profunda experiencia de Dios.

Teresa de Jesús fascina y atrapa con su personalidad. Es una de las imágenes más atractivas de mujer de fe, consagrada en la única forma religiosa que conoció en su época, y que cautiva por su lucidez, sentido común y fino sentido del humor.

La misma Teresa es consciente de la fascinación que despertaba desde muy  temprano. Recordamos que en el libro de la Vida (1,9) dice: Comencé a entender las gracias de naturaleza que el Señor me había dado -que según decían- eran muchas. O también expresaba (Vida 2,8): Me daba el Señor gracia en dar contento adondequiera que estuviese.

Ha llegado hasta nosotros un nutrido coro de “fascinados” por ella a lo  largo de la historia. Desde Fray Luis de León, que apenas se adentró en sus escritos para darlos a la imprenta y empezó a recoger testimonios enseguida escribió: Nadie la conversó que no se perdiese por ella.

También quienes la conocieron y trataron nos han transmitido el encanto que Teresa despertaba. Su amigo el padre Gracián comentaba: Una cosa me espantaba de la conversación de esta gloriosa madre, y que lo noté muchas veces y me puse a considerarlo, y es, que aunque estuviese hablando tres y cuatro horas… tenía tan suave conversación, tan altas palabras y la boca llena de alegría, que nunca cansaba, y no había quien se pudiese despedir de ella.

Podemos recordar en este sentido el testimonio de las Descalzas Reales de Madrid que acogieron a la Santa bajo su techo a su paso por la reciente capital de España, ellas decían:

 Bendito sea Dios que nos ha dejado ver a una santa a quien todas podemos imitar: habla, duerme y come como nosotras, y conversa sin ceremonias ni melindres de espíritu…

Era todo un descubrimiento para aquella época y también para la nuestra.

Su sobrina Teresita cuando testificaba en los Procesos dijo también: Tenía  un exterior tan desenfadado y cortesano que nadie por eso la juzgaba por santa…

Y es que los santos son normalmente alegres, comunicativos, expansivos, simpáticos, con un humanismo desbordante, y esto es así tanto en Teresa de Jesús, como en Francisco de Asís, como en Juan de la Cruz, Dios es comunicación y fuente de alegría.

No se trata de la alegría que viene desde el exterior, sino la que viene de dentro, de la profundidad de quien ha encontrado la fuente de agua viva.

La alegría que viene de Dios es perfectamente compatible con la sombra de los pesares y con el conocimiento del dolor y de la muerte, es una alegría no ruidosa, no efímera, serena y consciente de sí misma.

Que importante es no perder esa alegría, en la Iglesia, en nuestras comunidades, en nuestras familias.

Teresa de Jesús recibió el enorme don de estar superdotada para la relación. La entrada de Dios en su vida, amor que le configura, la libera para amar y constituye el filtro por el que han de pasar los demás “amores” de su vida.

Quien se acerca a Teresa de Jesús descubre sin duda una mujer atractiva en el campo de las relaciones, fluida y entrañable, espontánea y viva, franca y honda con los demás. En definitiva, una maestra de humanidad.

El otro aspecto de su vida es la invitación constante que nos hace Teresa a través de sus escritos, a vivir una experiencia, una experiencia marcada siempre “más que por el hacer, por comenzar dejándose hacer por Dios”….

La experiencia es central bajo todos los ángulos en la vida y mensaje de la Santa… y esto lo repite constantemente.

El libro de la Vida está lleno de expresiones como:

. No diré otra cosa que no haya experimentado mucho.

. Lo que dijere helo visto por experiencia.

. Hablaré de lo que el Señor me ha enseñado por experiencia.

Además, la Santa distingue con precisión en Camino de Perfección (6,3) lo que es saber por sólo pensar, por fe y por experiencia, y cree que este último es el que verdaderamente influye en la vida, porque es un saber -dice con sus palabras- impreso en las entrañas…

Ella sabe que conocer por experiencia fuerza de alguna manera, irresistiblemente, a vivir en consecuencia.

No encontramos en Teresa una definición de la experiencia espiritual, como por ejemplo nos la ofrece de la oración o de la humildad o de la verdad. Pero podemos rastrear algunos de los rasgos de su experiencia mística:

1.  El primer rasgo es que la experiencia siempre es PERSONAL.

Ella ni se plantea la posibilidad de que no podamos tratar con Dios, de que Dios no acuda a la cita. En Vida (9,9) comenta: …en verdad hacía mucha misericordia conmigo (Dios) en consentirme delante de sí, y traerme a su presencia, que veía yo que si el no lo procurará, no viniera yo. Indicando así que el deseo del encuentro es mutuo.

2.  El segundo rasgo, es que Dios se COMUNICA, se da a conocer , ¿Cómo? Pues actuando, haciendo y obrando en la persona. Es decir que experimentar a Dios es percibir su actuación en uno mismo.

3.  Tercer rasgo: La INICIATIVA corresponde siempre a Dios, Él la provoca independientemente de la situación espiritual de la persona. Dice ella (C 25,3): en la contemplación… ninguna cosa podemos: su Majestad es el que todo lo hace. Esto quiere decir también gratuidad. Dios se da cuando menos lo esperas. El ser humano “padece” la acción de Dios, de forma progresiva y creciente. Tener experiencia de Dios es conocerlo sin mediación de terceros.

4.  Entramos así en el cuarto rasgo: el conocimiento de Dios que otorga la experiencia es consciente y activa en la persona un mundo interior dormido o desconocido para ella.

En Camino 22,8 dice: las verdades que se van conociendo en la oración no son otras fundamentalmente que quién es Dios y quién soy yo. Este es el primer y básico significado de lo que ella llama Castillo interior, del cual la puerta es la oración (1M 1,7): quien no franquee la puerta se ignora a sí mismo e ignora a Dios.

Y esta es una muestra más de la actualidad de Teresa de Jesús: la pregunta por la identidad, Dios nos revela “quién soy yo”. Es una pregunta de actualidad:  ¿Quién soy yo, en qué se funda mi identidad? ¿Qué es lo que impide que se desarrolle?…

La experiencia del fundador de un carisma “pasa” a ser constitutiva de la vocación de cada uno de los que, por el mismo Espíritu, se reconocen llamados a vivir el bautismo en el mismo marco vocacional. Y nosotros vamos siendo así co-fundadores porque recreamos ese carisma en nuestro tiempo, introduciendo en el presente el movimiento inspirativo del principio. Nuestro carisma tiene su punto de partida en un pasado histórico, pero es presente vivo que reclama una fidelidad renovadora permanente, porque el carisma se encarna hoy en personas concretas y en momentos históricos concretos. Así decía Teresa en Fundaciones (F 4,6): ¿Qué me aprovecha a mí que los santos pasados hayan sido tales, si yo… dejo estregado (derrumbado)el edificio?

Por tanto, los elementos esenciales de un carisma ni se han vivido todos, ni se han agotado por parte del fundador o por parte de la más ilustre de las generaciones pasadas; son susceptibles siempre de posteriores profundizaciones y explicaciones; y las estructuras en las que se expresa ese carisma tienen que traducir y transparentar las nuevas vetascarismáticas descubiertas.

Si hay algo que caracteriza el momento actual que vivimos en el campo de lo religioso es la necesidad de experiencia. Los jóvenes no están pidiendo hoy pruebas de que Dios existe. Piden una experiencia de Dios.

Al seguidor de Jesús de Nazaret se le busca hoy como maestro o maestra del encuentro personal con él.

La fortaleza de Teresa de Jesús nació siempre del manantial inagotable del amor del Amigo (con mayúscula). Este fue el secreto de su vida. Este es el secreto de la vida.

Teresa nos sigue hablando hoy, y nos dice:

-No hay tiempos imposibles, pueden ser difíciles, pero no imposibles para vivir y anunciar el encuentro con Cristo. Para hacer experiencia del Dios Vivo.
-Que la experiencia de Dios nos hace crecer en humanidad, y en todas las virtudes humanas que construyen y edifican nuestra sociedad.
-Nos enseña la firmeza para cumplir la voluntad de Dios, la reciedumbre interior, de quién se determina por el Amigo fiel, y quiere vivir para él.
-Ella es intrépida y arriesgada para abrir nuevos caminos. No tenemos que dejarnos paralizar por los temores, o las sombras, a la hora de emprender los caminos del Espíritu.
-Nos dice que nuestro mundo necesita amigos fuertes de Dios, capaces de comunicar con su vida donde está la verdadera fuente del agua viva, de acompañar a otros en el camino del encuentro con Dios, para que puedan decir, como los contemporáneos de la Samaritana, “ya no creemos por lo que nos dijiste, sino porque lo hemos visto y escuchado”.

Sta. Teresa tuvo un profundo amor a la Iglesia, hasta el punto de decir “al fin muero hija de la Iglesia”. El estar hoy en esta Iglesia Matriz muestra su profundo sentido de eclesialidad, les agradezco este gesto, y que el Espíritu los siga guiando como a ella para ser sal y luz en medio de nuestra sociedad.