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Mons. Jaime Fuentes presentó la Carta Pastoral “Un Año con María, Madre de la Misericordia”, para dar esperanza

By 09/12/2016No Comments

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El 8 de Diciembre, Solemnidad de la  Inmaculada Concepción de la Virgen María, la Diócesis de Minas inauguró un Año Mariano y el Obispo Diocesano, Mons. Jaime Fuentes presentó su Carta Pastoral “Un Año con María, Madre de la Misericordia”

“Hay cosas que sólo le dicen a Ella”, dice Mons. Fuentes en la introducción de su Carta Pastoral haciéndose eco de la expresión de una de los miles de peregrinos, y en aumento, que llegan al Verdún para “agradecerle ( a la Virgen) sus intervenciones, o para pedirle por tantas necesidades materiales y espirituales… “. Por ello, tras las gracias obtenidas en el Año de la Misericordia, la Diócesis de Minas propone para el 2017 un Año Mariano, es decir un Año dedicado a la Virgen María, como signo de “esperanza” y  “una fuerza de revitalización de energía sobrenatural”.

No solo en el Verdún, sino en todo el mundo, cada vez más personas acuden a la Virgen, lo que es considerado por Mons. Fuentes como “una demostración del `sentido sobrenatural de la fe´ que tiene el pueblo cristiano”. “En palabras llanas: en tiempos difíciles como los que vivimos, los hijos recurren espontáneamente a buscar seguridad y consuelo en nuestra Madre Santísima”, afirma. El Obispo, junto a su Presbiterio, convoca a este Año Mariano para dar a conocer y querer más a María.

“Quienes creemos que Dios puede intervenir en la historia de los hombres debemos ser prácticos y, respetando las diferentes opciones que puedan plantearse para resolver los problemas, confiaremos en el poder de la oración, recurriendo sobre todo a la Virgen Santísima, que es Madre de Misericordia”, subraya.

¿POR QUÉ UN AÑO MARIANO? 

El Pastor alude en su Carta Pastoral a la Encíclica “La Madre del Redentor” del Papa Juan Pablo II  en la que explicaba el sentido del Año Mariano que convocó en 1987: “Debemos ver este Año mariano como una esperanza, una fuerza de revitalización de las energías sobrenaturales de la fe y de la caridad, una especie de `antídoto´ de los numerosos venenos que, si no estamos alerta, amenazan con intoxicar tanto a las personas individuales como a la misma sociedad, alejándolas de Cristo y, por tanto, de la salvación”.

“Las amenazas que presagiaba el Papa se han hecho realidad, también en nuestro país”, afirma Mons. Fuentes. Y explica: “Entre los venenos que nos intoxican destaca una ideología, genéricamente llamada gender (género) que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia (…) lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo”. El Obispo reproduce una frase del Papa Francisco en torno a esta tema: “Es inquietante que algunas ideologías de este tipo (…) procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños (Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 56).

Otro de los “venenos que nos intoxican”, conforme lo expresado por el Obispo, es la violencia en sus múltiples formas que se experimenta en distintos niveles de la sociedad. “Hay violencia en las relaciones familiares, empezando por la más violenta y grave de todas: la vida de los niños destruida legalmente en el vientre de sus madres. La convivencia familiar se perturba no pocas veces por pequeñeces y termina en la violencia doméstica. Las personas mayores, sobre todo, van por la calle con miedo de ser asaltadas; y los que atienden un comercio… Hay violencia por razones (?) deportivas; y también se encuentra en las relaciones laborales: en muchas ocasiones no se dialoga, se recurre a la fuerza para reclamar justicia o para obtener ventajas”.

PARA ALUMBRAR TIEMPOS MEJORES

“¿Qué podemos hacer para alumbrar tiempos mejores?”, pregunta el Obispo de Minas y responde que “todos tenemos el derecho y el deber de estudiar las cosas y presentar propuestas” pero destaca que “quienes creemos que Dios puede intervenir en la historia de los hombres debemos ser prácticos y, respetando las diferentes opciones que puedan plantearse para resolver los problemas, confiaremos en el poder de la oración, recurriendo sobre todo a la Virgen Santísima, que es Madre de Misericordia”.

En la Carta Pastoral, el Pastor sugiere algunos caminos o “herramientas” para recorrer este Año Mariano que culminará el 8 de Diciembre de 2017, aunque propone que cada comunidad elija los propios y “sabrá superarse en su demostración de amor a nuestra Madre”.

1) El rezo del Santo Rosario.
El Obispo indica que en este Año Mariano “será primordial que tratemos de conocerla más (a María) para quererla más y, en consecuencia, para imitarla mejor”. En este sentido afirma que “el Santo Rosario es camino seguro para acercarse a Jesús por medio de María”. “Ella misma lo ha pedido en numerosas apariciones’ para llegar a Jesús “como lo han experimentado los santos de todos los tiempos”.

2) La peregrinación al Santuario de la Virgen del Verdún o a la Catedral, con el fin de ofrecerle a la Virgen un homenaje de gratitud o para consagrarse especialmente a su Inmaculado Corazón, será también una práctica de piedad muy recomendable.

Naturalmente, el 19 de cada mes se seguirá venerando a la Madre de Misericordia en el Santuario del Verdún.

3) Participar en las fiestas de la Virgen que marca la liturgia de la Iglesia, celebradas con esmerada preparación (es de esperar que se formen buenos coros) y especial alegría. “En las comunidades a Ella encomendadas bajo sus distintas advocaciones, la celebración de la fiesta patronal deberá ser un tiempo de intensa cercanía con la Virgen”, puntualiza el Obispo. En laDiócesis de Minas hay numerosos templos dedicados a María: en MINAS, la parroquia Catedral y la de la Virgen de Fátima, y las capillas María Auxiliadora, Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, Sagrada Familia, Virgen de Guadalupe, Medalla Milagrosa y Nuestra Señora del Rosario. En JOSÉ P. VARELA, Nuestra Señora de los Treinta y Tres, Nuestra Señora de Guadalupe y Santa María de Pirarajá; en MARISCALA, Nuestra Señora del Rosario de Pompeya. En SOLÍS DE MATAOJO, Nuestra Señora del Carmen. En LASCA- NO, María Auxiliadora y la capilla Nuestra Señora de los Dolores, en Cebollatí. En AIGUÁ, Nuestra Señora del Valle de Aiguá y Nuestra Señora de Guadalupe. En NICO-BATLLE, María Auxiliadora.

4) Participar en dos aniversarios de especial relieve en el año 2017. El 31 de Marzo se cumplirán 30 años de la visita a Uruguay del Papa que más ha escrito sobre la Virgen, San Juan Pablo II. “Será una ocasión para acercarnos más a su vida y a su enseñanza mariana y, de manera especial, a la herencia de lo que dijo a los uruguayos en sus dos visitas”, precisa Mons. Fuentes .

El 13 de Mayo junto a toda la Iglesia y el Papa Francisco se celebrará el centenario de las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima. “¿Cómo no tener muy presente su promesa, que llena de esperanza: Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará”, recuerda el Obispo.

5) Apostolado: “El Año Mariano tiene que ser un año de mucho apostolado por parte de todos”, señala el Obispo de Minas. El Pastor invita a realizar obras de misericordia corporales y espirituales.

6) Acudir al Sacramento de la Reconciliación.

“El Sacramento de la Reconciliación, escribió también el Papa, necesita volver a encontrar su puesto central en la vida cristiana; por esto se requieren sacerdotes que pongan su vida al servicio del `ministerio de la reconciliación´ (2 Co 5,18), para que a nadie que se haya arrepentido sinceramente se le impida acceder al amor del Padre, que espera su retorno, y a todos se les ofrezca la posibilidad de experimentar la fuerza liberadora del perdón (n. 10)”.

“¡Ojalá sepamos, con la gracia de Dios, animar a muchos a que experimenten la alegría del perdón divino!”, enfatiza el Pastor.

La Santa Sede, a través de la Penitenciaría Apostólica, ha concedido el don de la Indulgencia plenaria a cuantos, durante este Año, peregrinen a la Catedral o al Santuario de la Virgen del Verdún y cumplan las disposiciones señaladas en el Decreto correspondiente. “La gracia del perdón que Dios nos da en el sacramento de la Confesión es la clave de una verdadera conversión del corazón: Ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio alegre del perdón, escribió el Papa Francisco. Es el tiempo de retornar”, subraya Mons. Fuentes.

7) Cantar el Salve Regina

El Obispo de Minas en su Carta Pastoral anima a los sacerdotes y sus consejos pastorales a encontrar “muchos modos, antiguos y nuevos, de venerar a la Santísima Virgen, de conocerla más y de dar a conocer su amor maternal”. “Solamente quiero pedirles que aprendan a cantar la Salve Regina y que la entonemos al terminar la Misa de los sábados, día que la Iglesia dedica a la Santísima Virgen. La Salve ya se rezaba en el siglo XI y pertenece al patrimonio riquísimo de la devoción mariana de la Iglesia. En ella invocamos con especial premura a la Madre de Misericordia” expresa el Obispo de Minas.

“Este año de gracia tiene que dejar una marca profunda en muchas personas”, manifiesta Mons. Fuentes.