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Mons. Galimberti destaca pequeños gestos que contribuyen «artesanalmente a cultivar la paz»

By 05/12/2016marzo 18th, 2017No Comments

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“En un marco social donde vivimos a diario la preocupación por la violencia que brota y crece como mala hierba, es bueno resaltar los pequeños pasos y gestos. Son muchos. Las maestras los realizan todos los días. Sin salir en la prensa. Sin aparecer en un noticiero. Las madres también realizan esta tarea educativa en el silencio de sus hogares”. En su columna semanal del Diario “Cambio” el Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti resalta los pequeños gestos de muchas personas que en el anonimato y en la sencillez contribuyen “artesanalmente a cultivar la paz”.

“Un futuro se construye hoy, cada día, con pequeños pasos. Un largo camino comienza con un primer paso”, afirma el Obispo al narrar un “gesto sencillo” de plantar un árbol en un salón de la capilla Virgen de los Treinta y Tres, en el Barrio Nuevo Uruguay de Salto.

Creciendo

Mons. Pablo Galimberti

Ayer por la tarde en el Barrio Nuevo Uruguay, en un salón de la capilla Virgen de los Treinta y Tres, se realizó un sencillo gesto.

Un nutrido grupos de niños y adolescentes. Animadores de los distintos talleres: huerta, música, expresión emocional, arte, etc. Un grupo de adultos que apoyan el centro educativo Ibirapitá y el director de la Católica de Salto que acompaña el emprendimiento.

Gente del barrio también se acercó para marcar un año muy significativo. Se plantó un árbol, se inauguró, se sumaron jóvenes estudiantes de la Universidad Católica con ánimo de expresar el voluntariado como expresión de devolver a la sociedad lo que ellos reciben mientras forjan su futuro profesional.

Es lindo, útil y significativo el aprender haciendo. Unas niños habían amasado con sus propias manos y podían apreciar con mirada de asombro lo que ellas mismas habían preparado.

Otra colaboradora, psicóloga, explicaba aspectos del taller donde habían trabajado y verbalizado sentimientos, emociones y esa amplia gama de gestos cuando reaccionamos ante hechos que nos atraen o rechinan.

A los adultos nos cuesta expresar y tomar conciencia de esa infinita gama de sensaciones, afectos que se nos atraviesan con frecuencia. A veces los neutralizamos o escondemos con un simple gesto o con escasas palabras: estuvo bueno, aburrido… cuánto más a los chicos es importante ayudarlos a poner en palabras, dibujos o gestos esos sentimientos.

La agrónoma que dirigió el taller de huerta se mostró satisfecha con lo realizado. En recipientes artesanales, reciclando botellas de plástico, eligieron tierra, plantaron semillas y cuidaron. Ya se podían ver hojas verdes y esbeltas. ¿Comieron algo? La profesora decía que no, pero una niña a mi lado opinaba lo contrario. ¡Mi canarito comió algo!

La animadora del taller de música, según lo que pudimos ver en el video, se adaptó muy bien a los participantes. Enseñar música no es dar una clase teórica. Practicando y golpeando lonjas o cajas, les enseñó la variadísima gama de ritmos Escuchando, repitiendo, fueron adquiriendo noción de la diversidad de ritmos y sus procedencias.

La sonrisa de los chicos, el rostro satisfecho de los mayores y la satisfacción de quienes dirigieron los talleres fue el clima de esta sencilla celebración que marcó un año de sueños, pequeños pasos y muchas manos que colaboraron.

En un marco social donde vivimos a diario la preocupación por la violencia que brota y crece como mala hierba, es bueno resaltar los pequeños pasos y gestos. Son muchos. Las maestras los realizan todos los días. Sin salir en la prensa. Sin aparecer en un noticiero. Las madres también realizan esta tarea educativa en el silencio de sus hogares.

Entre todos podemos contribuir artesanalmente a cultivar la paz. Experimentando y descubriendo nuestras propias capacidades y talentos, así como también nuestros límites y la necesidad de ser enseñados. No sabemos todo porque lo hemos visto en Wikipedia.

Gracias a todas y todos los que hicieron realidad los talleres: pintura, cocina, expresión corporal, huerta, música…

Un futuro se construye hoy, cada día, con pequeños pasos. Un largo camino comienza con un primer paso.

Columna publicada en el Diario «Cambio» del viernes 2 de diciembre de 2016