Skip to main content
Noticeu

Mons. Fuentes explica «conveniencia» de acercamiento de las iglesias católica y ortodoxa

By 12/02/2016febrero 19th, 2016No Comments

6262-Patriarca-kirill-papa-francisco

“El encuentro del Papa Francisco con el Patriarca de Moscú, Kiril, marcará un hito en la Historia, con mayúscula”, vaticinó el Obispo de Minas, Mons. Jaime Fuentes, en declaraciones a la agencia rusa Sputnik . “En la Iglesia Católica lo esperábamos y rezábamos para que se concretara,  desde hace muchos años, tantos como los diez siglos que nos separan del penoso año 1054, cuando se produjo el llamado Cisma de Oriente”, agregó el Obispo.

¿Por qué este paso lo logra el Papa Francisco cuàndo sus predecesores lo intentaron? Mons. Fuentes esgrime algunos motivos en su blog www.desdelverdun.org

                                           ¿POR QUÉ SE ENCUENTRAN FRANCISCO Y KIRIL?

El Papa Francisco y Kiril, Patriarca de Moscú, se encuentran mañana en La Habana. La agencia rusa Sputnik me pidió unas declaraciones, que aquí reproduzco completas.

Le pido a Dios, por medio de María, y los animo a sumarse, que las dos horas de conversación en el aeropuerto sean el preludio de algo muy grande: con palabras de san Juan Pablo II, «la Iglesia tiene que volver a aprender a respirar con los dos pulmones».

El encuentro del Papa Francisco con el Patriarca de Moscú, Kiril, marcará un hito en la Historia, con mayúscula. En la Iglesia Católica lo esperábamos y rezábamos para que se concretara,  desde hace muchos años, tantos como los diez siglos que nos separan del penoso año 1054, cuando se produjo el llamado Cisma de Oriente.

Juan Pablo II, el primer papa eslavo de la historia, trabajó como nadie para conseguir un acercamiento con la Iglesia Ortodoxa, sin conseguirlo. Benedicto XVI también dio pasos, pero ha sido Francisco, el primer papa argentino, quien lo ha logrado. ¿Por qué?

Razones de distinto orden han hecho, en mi opinión, que se dé este encuentro. San Juan Pablo II decía que “la Iglesia tiene que volver a aprender a respirar con sus dos pulmones”, el de Oriente y el de Occidente, como lo hizo durante los primeros mil años de su historia. Y debe respirar en una atmósfera muy contaminada: urge cuidar la salud espiritual de los cristianos todos.

El Patriarca Kiril, quien antes de ocupar este cargo fue el responsable de las relaciones externas del patriarcado, sabe  bien que la secularización que sufre Occidente es un fenómeno contra el cual nadie está vacunado, tampoco la Iglesia Ortodoxa.  Asimismo, ¿cómo no sentirse afectados ante el genocidio de cristianos que está causando el extremismo musulmán?  En consecuencia, Kiril percibe agudamente la necesidad de acercarse al jefe de la Iglesia Católica, indiscutible líder espiritual mundial.

Hay que tener presente, a su vez, que más allá de algunas diferencias dogmáticas, no son pocos los puntos de acuerdo entre ambas Iglesias, que reclaman acciones conjuntas: la dignidad de la mujer y la familia; la indisolubilidad del matrimonio; la moral sexual; el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte, es decir, no al aborto. Estos temas, duramente combatidos por la “dictadura del relativismo” (la expresión es de Benedicto XVI) seguramente estarán presentes en el encuentro de La Habana.

Por otra parte, el solo hecho de que Francisco y Kiril se sienten a dialogar despertará, tanto en los católicos como en los ortodoxos, el deseo de conocerse más. La espiritualidad rusa es profunda y nos enriquecería no poco a los católicos.  Para los ortodoxos,  el conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia sería una ventana abierta al mundo que tienen que evangelizar.

Estos motivos de “conveniencia” pueden explicar el encuentro de La Habana, pero pienso que deben mirarse bajo una luz superior. La reunión Francisco-Kiril se realiza durante el año en el que ambas Iglesias hermanas viven experiencias espirituales de excepcional relieve: en la Iglesia Católica, el Año Santo de la Misericordia; en la Ortodoxa, el Sínodo Pan-Ortodoxo que se celebrará en Creta en el mes de junio, es el primero en más de mil años.

“La sangre de los mártires es semilla de cristianos”, escribió Tertuliano en el siglo II. Innumerables hombres y mujeres siguen dando su vida, hoy, por la fe en Jesucristo. ¿Cómo no ver en este paso hacia la unidad, que será el encuentro de La Habana, un fruto de tantos sufrimientos?

Francisco viaja a México y ha querido hacer escala en la capital cubana para encontrarse con Kiril, que está visitando la isla por invitación de Raúl Castro. Más allá de la ironía de que sea el jefe de gobierno del único país comunista del mundo quien ha facilitado el encuentro, el hecho es que se produce en un indudable contexto materno.

 Francisco va a México, en primer lugar, para rezar a los pies de la Madre, venerada en toda América como Virgen de Guadalupe. Y no hay que olvidar que, pocos meses antes de morir, en agosto de 2004, Juan Pablo II devolvió a Alexis II, entonces Patriarca de Moscú y jefe de la Iglesia Ortodoxa rusa, el icono de la Virgen de Kazan, muy venerado en Rusia, llegado a Occidente a principios del siglo XX. Al despedirlo en Roma, el Papa dijo emocionado:  “¡Cuántas veces he invocado a la Madre de Dios de Kazan, pidiéndole que proteja y guíe al pueblo ruso, que le tiene tanta devoción, y que apresure el momento en que todos los discípulos de su Hijo, reconociéndose hermanos, restablezcan plenamente la unidad rota”!

Parecería, en definitiva, que una mano materna, desde el cielo, está señalando el camino: por aquí, por aquí…