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Mons. Collazzi participó en Tampa de Encuentro de Obispos de la Iglesia en América

By 26/02/2016marzo 4th, 2016No Comments

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Mons. Carlos Collazzi participó junto a más de doce obispos representantes de la Iglesia Católica en Canadá, en América Latina y en los Estados Unidos , del «38º Encuentro de los Obispos de la Iglesia de América», celebrado del 22 al 25 de febrero, en Tampa EE.UU.)

Participaron en la reunión representantes de la Conferencia Episcopal Católica de Canadá (CECC), del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y de la Conferencia Episcopal Católica de los Estados Unidos (USCCB). El Obispo de Mercedes y Presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay asistió al encuentro en su carácter de Vicepresidente del CELAM.

Reunidos después de dos visitas del Papa Francisco a la región, los obispos hablaron del gran clima de fraternidad y solidaridad en la visita del Santo Padre, compartiendo sus experiencias pastorales.

“Al mirar alrededor de la mesa veo a hermanos en Cristo,” dijo el Arzobispo Joseph E. Kurtz, Presidente de la USCCB.  “Mi oración se eleva para que todo el pueblo de Dios vea en su vecino, de norte a sur, a su hermana y hermano en Cristo”, añadió.

Por su parte, el Presidente de la CECC, Monseñor Douglas Crosby OMI, resaltó que «esta reunión de los obispos brinda siempre nuevo aliento a nuestras  Conferencias. Aprendemos unos de otros, nos apoyamos mutuamente, nos animamos unos a otros y estamos unidos en nuestro deseo de seguir a Jesús con fidelidad”, indicó

El Presidente del CELAM, Cardenal Rubén Salazar Gómez, destacó que “los fieles buscan una vida más digna para sus familias y nosotros deseamos acompañarlos”.

A pesar de problemáticas de gran complejidad a las cuales se enfrenta hoy la comunidad católica, y la diversidad de culturas en la Iglesia, los obispos compartieron un deseo común de invitar a todos a “un encuentro con Jesucristo” dando testimonio del poder sanador y unificador del amor de Cristo. Los temas discutidos el primer día abarcaron tópicos muy diversos tales como la migración,  la evangelización de las culturas urbanas, los derechos de los pueblos indígenas, el suicidio con asistencia médica, el peligro de la pornografía y la creciente amenaza a la libertad de religión en el mundo.

El segundo día, los obispos intercambiaron sobre los proyectos en curso para apoyar el Jubileo de la Misericordia. En particular, se destacó el tema de la misericordia en el documento de Aparecida. Como bien lo expresó un participante, “la tarea por hacer es revelar la presencia de Dios en el mundo y animar a los profetas de la misericordia”.  Conforme el año avanza, las Conferencias se encuentran abocadas a la elaboración de materiales y herramientas para propiciar una vivencia diaria y práctica de la fe.

El encuentro concluyó en la mañana del tercer día con un momento de oración.

El Encuentro de los Obispos de la Iglesia de América es parte de una serie de reuniones informales, previamente conocidas como el Encuentro Interamericano de Obispos, que se celebra casi anualmente desde 1967, con el propósito de  subrayar la unidad de la Iglesia en el hemisferio occidental. La CECC organizó el encuentro de este año.

INDIGENAS, FAMILIA, LIBERTAD RELIGIOSA Y MIGRACIONES

Los pueblos Indígenas, la familia, la libertad religiosa y las migraciones fueron algunas de las temáticas abordadas por los Obispos de Canadá, Estados Unidos y del Consejo Episcopal Latinoamericano-CELAM.

El Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Canadá, presentó los desafíos y las oportunidades que tiene la Iglesia en Canadá en su relación con los pueblos indígenas.

Comentó que en Canadá la población indígena representa el 4% de la población y habla 50 lenguas diferentes. Señaló como una realidad social «dolorosa» que el  36% de las mujeres en prisión son indígenas; que el suicidio, hoy día, es más común entre los jóvenes indígenas y el 29% no llega a la secundaria.Asimismo, el 6% de las mujeres asesinadas en el país son indígenas.

Algunas comunidades religiosas, en el proceso de evangelización de estos pueblos, han tenido un trabajo misionero muy amplio, donde establecieron internados para la educación de los niños y jóvenes. Hay testimonios de indígenas que destacan la formación recibida. Otros no se adaptaron luego a la vida en sus comunidades ya que en el internado se les prohibía hablar en su propia lengua y algunos fueron víctimas de maltratos físicos y de abusos psicológicos y sexuales. El Obispo destacó que la comunidad católica tiene el desafío de la reconciliación con los pueblos aborígenes.

Los participantes plantearon en el  plenario que es necesario examinar la problemática de la educación y de la evangelización indígena en el contexto de los procesos de colonización.  Destacaron algunas experiencias de evangelización en el mundo indígena como la de Vasco de Quiroga, cuyas prácticas solidarias y formativas se conservan hasta hoy.

Los Cardenales Rubén Salazar y José Luis Lacunza y Monseñor Joseph Kurtz, quienes participaron en el Sínodo sobre la Familia, destacaron la importancia de la universalidad de este tipo de encuentros que permiten tener una idea global de la problemática de la familia en el mundo. Subrayaron que la celebración del Jubileo extraordinario de la Misericordia, permite que aquellos que se han excluido de la participación en la Iglesia, puedan buscar caminos de acercamiento a los sacramentos.

Coincidieron, asimismo, en que el Sínodo le devolvió al obispo diocesano la capacidad de discernir las situaciones familiares como padre, pastor y juez. Concluyeron expresando la esperanza en una profunda renovación de la pastoral familiar en el Continente.

Desafíos frente a la libertad religiosa

Mons. Kurtz presentó, asimismo, un abordaje de la libertad religiosa desde una doble perspectiva: primero desde la óptica de los cristianos que están siendo perseguidos en algunos países del Oriente por la práctica de su fe en Jesucristo, a quienes, indicó, «se debe seguir apoyando con mucha generosidad». Segundo, desde el advenimiento de las teorías de género y de la difusión y legalización  de prácticas como el aborto y el suicidio asistido que limitan la objeción de conciencia.

Las migraciones, miradas desde los países receptores y de partida

Monseñor Gustavo Rodríguez, Presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM, utilizó a propósito el adjetivo de “expulsores” para hablar de los países de partida, porque la inmensa mayoría de los migrantes, no salen de su país de buena gana, sino que lo hacen generalmente  con la tristeza de verse constreñidos a abandonar a sus familias y tratando de escapar de la miseria y de la falta de oportunidades.

“Migraciones humanas siempre las ha habido y siempre las habrá, pero cuando se dan de una manera tan multitudinaria, por tantos años y afrontando tantos riesgos, esto denota graves problemas estructurales en la vida política, económica y/o social en una región», puntualizó. . «Los países latinoamericanos, en su mayoría, expulsan a miles de sus ciudadanos porque no pueden ofrecerles oportunidades de una vida digna, y de un trabajo suficientemente bien remunerado”, acotó.

El expositor planteó que para atender y dar soluciones reales al problema migratorio, es urgente que cada país expulsor se esfuerce por superar las grandes injusticias y miserias que viven sus respectivos pueblos, buscando una mejor distribución de la riqueza y, sobre todo, ofrecer a todos oportunidades de trabajo bien remunerado. Señaló, asimismo, la urgencia de un serio combate a la corrupción para que la riqueza de cada país rinda a favor del pueblo. Igualmente resaltó que urge atender la educación de niños y jóvenes y luchar contra la drogadicción que enajena y lleva al crimen, como en un círculo vicioso.

El Obispo subrayó la necesidad de propiciar el diálogo entre los países expulsores, pero también con el país receptor, los Estados Unidos, con vistas a favorecer que los recursos económicos destinados a la lucha armada contra el narcotráfico y los migrantes se encaucen en programas de apoyo al desarrollo de México y Centroamérica, lo que redundaría en la disminución del cruce de inmigrantes.

Finalmente, destacó la labor pastoral que se viene haciendo desde las Casas de Migrantes a lo largo y ancho de México, siempre en contacto abierto con las diócesis de Centroamérica, y con la Pastoral de Migrantes en los Estados Unidos, que incluye asesoría legal, casas de refugio y acciones de protección a los niños y enfermos migrantes.

En base a http://www.celam.org/detalle.php?id=MTY4NQ==