El Obispo de Tacuarembó, Mons. Julio Bonino, participó en la Plaza 19 de Abril de Tacuarembó del homenaje a los 8 mártires trabajadores asesinados el 17 de abril de 1972 por las fuerzas conjuntas frente a la Seccional 20 del Partido Comunista. El Acto fue convocado por la comisión de Derechos Humanos Integrada por CRISOL, Grupo de Denunciantes de Delitos Lesa Humanidad, Familiares de Detenidos Desaparecidos, PIT-CNT y Frente Amplio.
Texto de la alocución de Mons. Julio Bonino
RECORDATORIO DE LA MASACRE DE LOS MILITANTES COMUNISTAS EN LA SECCIONAL 20
He aceptado con gusto participar de este evento por coincidir con el objetivo que se propone: reflexionar sobre hechos lamentables para que no vuelvan a repetir.
El 17 de abril de 1972, 8 militantes comunistas fueron fusilados por un comando de las Fuerzas Armadas: Luis Alberto Mendiola, José Abreu, Justo Sena, Elman Fernández, Rubén López, Ricardo González, Raúl Gancio y Héctor Cerbelli (quien falleciera 11 días después).
En esa dolorosa oportunidad mis hermanos obispos Carlos Parteli, Roberto Cáceres y Andrés Rubio se hicieron presentes en la Sede Central del Partido comunista para orar y expresar su solidaridad. También yo, en esta oportunidad, 42 años después, me hago presente con mi oración y mi reflexión.
Pérez Esquivel hablando con el Papa Francisco de los derechos humanos cuenta que le dijo: “Hay que buscar la verdad, la justicia y la reparación”. Estamos aquí esta tarde para reafirmar el compromiso de construir una Sociedad justa y fraterna que todos queremos.
El tiempo transcurrido no nos hace olvidar, pero nos permite madurar y entender mejor lo sucedido. Podemos pegar a los que nos han pegado, hablar mal a los que nos han hablado mal; podemos actuar según la Ley del Talión: ojo por ojo y diente por diente o podemos libremente optar por otra actitud: el perdón, que consiste en renunciar a la venganza. No olvidar la injusticia sino rechazar la venganza y el rencor.
Perdonar no es negarse a ver el terrible daño, disimularlo, eludir el conflicto, decir “no importa”. Quien perdona no cierra los ojos ante el mal, no niega que exista injusticia, si lo negara no tendría nada que perdonar, el mal hecho debe ser reconocido y en lo posible reparado. Los cristianos acabamos de celebrar la memoria de la tortura y la muerte injusta de Jesús, torturado y asesinado injustamente, después de haber pasado haciendo el bien. Estando en la cruz dijo: Perdónalos Padre porque no saben lo que hacen e invitando a sus seguidores a amar como El nos ha amado. Sin perder la memoria “Hagan esto en memoria mía”.
No es nada fácil combinar justicia y misericordia. Para mí un ejemplo de lo que voy reflexionando en voz alta lo da nuestro Presidente de la República que habiendo vivido lo que vivió logra expresarse sin afección, su actitud nos está diciendo que es posible el perdón.
Agradezco de corazón que en la pluralidad de posiciones de quienes aquí nos encontramos se de lugar a que cada uno pueda expresarse desde sus convicciones, para juntos decir ¡Nunca más!
Que los hermanos asesinados el 17 de abril de 1972 descansen en la paz del Señor y brille para ellos la luz que no tiene fin.
Bienaventurados los que luchan por la justicia y trabajan por la paz. Muchas gracias
+Julio Cesar Bonino
Obispo de Tacuarembó