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Menores, cambio inducido de sexo: Reflexión de Mons. Pablo Galimberti

By 26/09/2018octubre 1st, 2018No Comments

 

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El Obispo emérito de Salto, Mons. Pablo Galimberti, dedica su columna semanal en el Diario “Cambio” a exponer el impacto que ha generado la ideología de género en los niños y adolescentes de Inglaterra. “El temor frente a esta ideología es que atropella a los pequeños, obligándolos a opciones sobre las cuales no podrán volver atrás una vez crecidos”, advierte el Obispo.

Explica que el gobierno de Inglaterra dispuso una investigación para determinar las causas de la desorientación que experimenta la población infantil con respecto al propio sexo y que “los médicos han manifestado preocupaciones respecto a la salud integral, mental y física de los pacientes: osteoporosis debida a los tratamientos, disfunciones sexuales y esterilidad están entre las consecuencias de las terapias hormonales”, a los que se han sometido niños y adolescentes.

«Obvio que quien entiende que la identidad sexual es una ‘construcción social´ antes que una cualidad natural, se siente más libre para imponer sus gustos. Prepotencia que no se hace si un alumno llega a clase con camiseta de Nacional o Peñarol”, subraya Mons. Galimberti.

 

Menores  

Cambio inducido de sexo

En Inglaterra el gobierno ha dispuesto investigar las causas de la desorientación que experimenta la población infantil con respecto al propio sexo. Médicos, políticos e investigadores se preguntan el por qué de un incremento del 4.415 %, en el plazo de un año, que piden cambiar. Llamativo, si se compara con sólo 97 casos en el año 2009/2010 y 2510 casos en el período 2016/2017.

Para comprender el sorprendente aumento la ministro Penny Mordaunt, pidió investigar el rol de los “social media” (tecnologías y prácticas en red donde se comparten contenidos, textos, videos y audios). Se pesquisará cómo están influyendo estas tecnologías en el pensar y actuar particularmente de las niñas y adolescentes, ya que los datos indican una prevalencia de mujeres que desean someterse a terapias hormonales y quirúrgicas (hace ocho años las chicas eran 40 y el año pasado fueron 1.806).

Sorprende que la confusión no está sólo en los adolescentes, como en el pasado, sino también en edades más tempranas. Los que el año pasado se sometieron a intervenciones clínicas fueron 45 niños de 6 años o menos, con el más pequeño de 4 años. La incidencia de la ideología de género ha alcanzado no solo a los teenagers  y los hogares sino sobre todo a las escuelas.

El periódico Telegraph señaló que la causa principal es la propaganda adulta: “Algunos educadores habían advertido que la promoción de las temáticas `transgénero´ en las escuelas ha sembrado confusión en la cabeza de los pequeños y que alentar a los niños a poner en duda la sexualidad `se ha convertido en una industria´”. No es casual que 800 pequeños del jardín y de los primeros años ya hayan sido sometidos a terapia hormonal para bloquear la pubertad.

Los médicos han manifestado preocupaciones respecto a la salud integral, mental y física de los pacientes: osteoporosis debida a los tratamientos, disfunciones sexuales y esterilidad están entre las consecuencias de las terapias hormonales.

Actualmente la cultura e internet siembran dudas produciendo “autodiagnosis”. Johanna Olson, médica del Children´s Hospital de Los Angeles excluye la posibilidad que el “trastorno de identidad de género” pueda derivar de disturbios psicológicos congénitos. Subraya el hecho que el único problema de salud mental es causado por el mundo externo y de cómo esto impacta a los jóvenes confundidos.

El temor frente a esta ideología es que atropella a los pequeños, obligándolos a opciones sobre las cuales no podrán volver atrás una vez crecidos.

Pero son pocos los que están dispuestos a defender a los pequeños más confundidos, porque poner en tela de juicio la “ideología de género” significa hoy en día someterse a un martirio que no es fácil asumir. De manera que la intervención irreversible sobre los cuerpos inocentes continuará según un proceso antinatural en aumento con toda la problemática sicológica que conlleva.

La peripecia de una niña canadiense resulta emblemática: regresa a su casa llorando y dice a la mamá que no quiere ser varón. La maestra al verla con un juguete de varón en la mano le dijo que ella era un varoncito en el cuerpo de una mujer. La madre corrió a la escuela pero en lugar de encontrar comprensión resultó ninguneada!

Obvio que quien entiende que la identidad sexual es una “construcción social” antes que una cualidad natural, se siente más libre para imponer sus gustos. Prepotencia que no se hace si un alumno llega a clase con camiseta de Nacional o Peñarol.

Columna publicada en el Diario «Cambio» de Salto, el viernes 28 de setiembre de 2018