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La valentía de la humildad

By 24/02/2013marzo 1st, 2013No Comments

RADIO VATICANO|

En recuerdo de un corto pero fructífero pontificado y en honor del Santo Padre, recogemos hoy en nuestro programa distintas declaraciones y observaciones fuera del mundo católico sobre la decisión del Papa de renunciar a su misión al frente de la Iglesia, que dibujan y dan un perfil de gran humanidad, humildad y apertura de Benedicto XVI.

Y empezamos con el rabino David Rosen, Director del Departamento de asuntos interreligiosos del Comité Judío Americano, que señala que a pesar de algunas situaciones de crisis, después aclaradas, el Papa ha contribuido a fortalecer el diálogo entre el Vaticano y el mundo judío, gracias a la apertura de ánimo, que destaca como la más importante herencia de su pontificado en el camino hacia la paz «.

«Benedicto XVI -dice el rabino americano- ha continuado la transformación comenzada por Juan XXIII y el Concilio Vaticano II. Y ha confirmado asimismo algunas iniciativas históricas de Juan Pablo II, con la visita a la Sinagoga de Roma y el viaje a Israel. El rabino, interlocutor privilegiado de las relaciones entre los católicos y los Judíos, que a lo largo de los años ha podido construir una relación profunda primero con el cardenal Ratzinger y luego con Benedicto XVI, describe al Papa como «un hombre de gran calor y dulzura y con un notable sentido del humor, muy diferente de cómo lo presentan los medios de comunicación. Una persona verdaderamente humilde, cortés, deseoso siempre de hablar con todo el mundo.

El filósofo frances Rémi Brague, profesor en la universidad de Munich, reflexionando sobre la decisión de Benedicto XVI afima que en ella reside “la valentía de la humildad”. Renunciando al pontificado, el Papa tiene el valor de «despojarse de todo y ceder su puesto a otro, que no es elegido por él «dando muestra de «la misma voluntad de obedecer al Espíritu Santo que tuvo Juan Pablo II». Este Papa -dice el profesor francés- tuvo el valor de «dar una patada al hormiguero pedófilo», un gesto que tendrían que imitar también tantas «instituciones seculares, como las escuelas, los clubes deportivos, las casas para discapacitados, orfanatos, etc.»

Brague, ganador en octubre pasado del premio Ratzinger, dijo que ante la renuncia papal tuvo la misma sorpresa que todo el mundo. Pero mirando hacia atrás, recuerda la impresión que le dio el Santo Padre, cuando estuvo cerca de él y lo saludó en octubre. “Intelectualmente, todo estaba bien. Pero físicamente, lo encontré delgado y encorvado sobre su bastón, parecía muy cansado. Hace 8 años Joseph Ratzinger no quería ser Papa se había preparado para una jubilación tranquila entre sus libros. Es ya un hecho extraordinario que haya resistido tanto tiempo».

¿Y qué han aprendido los ateos de Benedicto XVI? El Osservatore Romnano ha recogido estos días las impresiones de tres intelectuales. Michel Onfray, pensador ateo francés, dice que «si la Iglesia fuera una república, la renuncia del Papa la llamaría un gran gesto republicano». El famoso intelectual francés expresa su admiración por Benedicto XVI («un hombre capaz de un diálogo de alto nivel»). «Tengo un gran respeto por la decisión que tomó el Papa el pasado 11 de febrero». «He leído el primer volumen de su Jesús de Nazaret – continúa Onfray – y me pareció uno de los textos más elevados desde el punto de vista de la espiritualidad y de alta filosofía».

Otro ateo, el conocido escritor anticlerical español Javier Cercas afirma que el gesto de Benedicto XVI de renunciar, aquejado por los años, es el gesto más revolucionario de su pontificado: «me ha dejado sorprendido y fascinado». Hablando del significado humano de la renuncia, Cercas señala: «El pontífice ha admitido su debilidad, pero salió de esto reforzado a los ojos del mundo como un gigante».

Hace unos días, Lenin Raghuvanshi, un activista de origen hindú que más tarde se convirtió en un ateo, declaraba a la agencia Asia News que ahora se definía un agnóstico gracias al testimonio de Benedicto XVI: «Es gracias a las enseñanzas del Santo Padre, que me di cuenta de que no podía estar en contra de Dios. Este Dios que habla de amor y de compasión, de dignidad humana y de derechos para todos, que se ocupa de los pobres y de la lucha contra la injusticia, que a través de la caridad se hace cargo de los enfermos y los oprimidos.

«Para el futuro de la humanidad, es vital que el mundo preste atención a las enseñanzas de este gran líder espiritual, que indica el camino que todos tenemos que seguir por el bien de todos los pueblos y naciones». Según el activista, el Papa fue «un valiente defensor de los derechos humanos y la dignidad humana. Hablando en las Naciones Unidas, expresó un concepto esclarecedor: la superioridad del bien común.

En recuerdo del pontificado del Papa Benedicto XVI, esta noche a las nueve, en la Catedral de Milán, el cardenal Angelo Scola, arzobispo de la archidiócesis ambrosiana presidirá la segunda etapa del Via Crucis “Stabat Mater dolorosa”, con una reflexión catequética.(ER – RV)