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La realidad juvenil y sus desafíos para la Iglesia fue tema del XXXIII Encuentro de Diócesis de Frontera 

By 18/05/2018No Comments
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La delegación uruguaya en el XXXIII Encuentro de Diócesis de Frontera. Participaron de las Diócesis de Melo, Salto y Tacuarembó.

Fortalecer la presencia y proximidad de la Iglesia en la relación pastoral con los jóvenes, establecer relaciones caracterizadas por la cercanía, ternura y firmeza, ofrecer una propuesta más existencial de la fe, cuidar que los centros educativos católicos sean verdaderos lugares de encuentro con Jesús, y promover el protagonismo de los jóvenes en la Pastoral; son algunos de los desafíos que se plantearon los participantes del XXXIII Encuentro de Diócesis de Frontera que se desarrolló en Formosa (Argentina) del 14 al 16 de mayo.

Participaron de este Encuentro 65 participantes de Argentina (Diócesis de Concordia, Corrientes, Formosa, Goya, Gualeguaychú, Reconquista y Santo Tomé), Brasil (Diócesis de Bagé, Pelotas, Santo Ângelo y Uruguaiana), Paraguay (Diócesis de Asunción, Ciudad del Este y San Juan Bautista de las Misiones) y de Uruguay (Diócesis de Melo, Salto y Tacuarembó).

ENCUENTROS DE DIÓCESIS DE FRONTERA

Los Encuentros de Diócesis de Frontera se vienen realizando desde 1991, cuando se hizo una primera reunión por iniciativa del párroco de Bella Unión (Diócesis de Salto) y el Vicario Pastoral de la Diócesis de Uruguaiana, motivados por la inminencia de la implementación del MERCOSUR y su desafío a la integración regional. Participan habitualmente obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de unas 25 diócesis que tienen como característica común ser “fronterizas” entre dos de los cuatro países que iniciaron el MERCOSUR.

Este encuentro se realizó en Uruguay en la Diócesis de Melo, en el año 2014.

Los temas de los encuentros son propuestos de un evento al otro y luego son preparados por un equipo integrado por las Diócesis de Uruguaiana, Concordia y Salto, junto a la Diócesis anfitriona. Al definir el tema, siempre se recuerda la motivación inicial “los vecinos se encuentran”. Así, en 2018 fue: “Los vecinos se encuentran para escuchar a los jóvenes, percibir su realidad personal, familiar, social y eclesial, valorar su protagonismo, alegría, generosidad y creatividad en la acción pastoral al servicio de la vida de nuestros pueblos”.

MENSAJE FINAL 

XXXIII Encuentro de Diócesis de Frontera

14, 15 y 16 de mayo de 2018

FORMOSA – ARGENTINA

Tema: “Los vecinos se encuentran para escuchar a los jóvenes, percibir su realidad personal, familiar, social y eclesial, valorar su protagonismo, alegría, generosidad y creatividad en la acción pastoral al servicio de la vida de nuestros pueblos”.

Texto bíblico iluminador: 1 Juan 2, 14

“Hijos, les he escrito porque ustedes conocen al Padre. Padres, les he escrito porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les he escrito porque son fuertes y la Palabra de Dios permanece en ustedes y ustedes han vencido al Maligno”.

Agradecidos a Dios porque, convocados como pueblo de hijos y de hermanos en Jesús, hemos concluido nuestro encuentro anual de vecinos de frontera. Nos hemos reunido en Formosa, tierra de los pueblos originarios Qom, Pilagás, Nivaklés y Wichis, en el Noreste argentino.

Así, los vecinos nos reconocemos hermanos, sentimos por un momento que la frontera se diluye y nos une la necesidad de escuchar a los jóvenes y percibir su realidad vital, que trasciende las fronteras de los países.

La compleja realidad juvenil
Escuchando la voz de los jóvenes, los aportes de expertos y compartiendo nuestras experiencias, descubrimos una realidad juvenil positiva y esperanzadora, de jóvenes inquietos a quienes moviliza la búsqueda del sentido de la vida y de ser protagonistas en la construcción de una sociedad más justa y fraterna. Jóvenes que confían en la familia, jóvenes de grupos parroquiales y de movimientos que perseveran en su fe y en su vida cristiana, en su compromiso apostólico en la Iglesia y en el mundo.

Es también una realidad compleja.

Pesa sobre los jóvenes la visión de las generaciones mayores, para las cuales hoy la juventud aparece como estado ideal. Muchos adultos, en lugar de ofrecer el modelo de una vida con responsabilidad y sentido, sueñan con una juventud perpetua, y así cierran el horizonte a los jóvenes. Hay también visiones negativas sobre los jóvenes que reiteran prejuicios que se han dado a lo largo de siglos.

Muchos jóvenes viven situaciones de sufrimiento: pobreza, adicciones, falta de sentido, vida sin trabajo ni estudio, estructuras familiares inestables y cambiantes.

Hay una ausencia de jóvenes que no llegan a la Iglesia porque se ha roto la trasmisión de la fe en las familias. También porque la Iglesia es percibida como una entidad obsoleta, manchada por escándalos. La cultura contemporánea no predispone ni facilita el silencio y la interioridad, espacios para la apertura espiritual. Hay también dificultades de acogida y de acompañamiento en las comunidades cristianas.

Los jóvenes, Jesús y la Iglesia
¿Qué tiene la Iglesia para ofrecer a los jóvenes que hoy son indiferentes a su propuesta?

Humanamente: cercanía, escucha, atención a la persona del joven y a sus problemas.

Ante todo, a Jesucristo. Proponer el encuentro con Jesucristo vivo, descubierto en un camino de seguimiento, de acuerdo a la primera invitación de Jesús a sus discípulos: “Síganme”. La relación de Jesús con los jóvenes es paradigma para lo que debería ser nuestra acción pastoral.

Tres pasajes del Evangelio son particularmente iluminadores:

Mc 5,41 “Muchacha, a ti te digo, levántate”

Mc 9,27 “tomándole de la mano… lo levantó y él se puso de pie”

Mt 19,21 “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme”

Las tres palabras de Jesús tienen en común un llamado al crecimiento personal, a partir del “levántate” y del seguimiento.

En una realidad donde la fe no está presente, parece adecuado proponer el seguimiento como proceso para conocer a Jesús que da la posibilidad de abrirse a la fe.

Desde allí será posible un proceso de maduración en la fe y discernimiento del proyecto de vida del joven.

Los desafíos pastorales
La pastoral juvenil y la pastoral vocacional han estado durante años suponiendo la fe, para proponer una posible vocación. Pensar como primer paso no la fe sino el llamado, es decir, la pregunta vocacional, para iniciar un camino de discernimiento, invierte esa propuesta. Es una reflexión a profundizar.

Necesitamos fortalecer presencia y proximidad en la relación pastoral con los jóvenes.

Establecer relaciones caracterizadas por cercanía, ternura y firmeza.

Pasar de una presentación teórica doctrinal a una propuesta más existencial de la fe.

Prestar especial atención a los centros de educación católica para que sean verdaderamente lugares de propuesta y encuentro con Jesús.

Las experiencias de misión son muy valoradas por los jóvenes. Allí se manifiesta con fuerza su capacidad de responsabilidad, compromiso, entrega y de servicio.

En suma, propuestas de pastoral juvenil en las que los jóvenes sean protagonistas, como aparece en las experiencias presentadas en el encuentro. Así los jóvenes serán los primeros apóstoles de los jóvenes, para que, como expresó en su testimonio una joven participante “ningún joven sea dejado de lado”.

Formosa, 16 de mayo de 2018

Los 65 participantes de los siguientes países y diócesis:

Argentina: Diócesis de Concordia, Corrientes, Formosa, Goya, Gualeguaychú, Reconquista y Santo Tomé.

Brasil: Diócesis de Bagé, Pelotas, Santo Ângelo y Uruguaiana.

Paraguay: Diócesis de Asunción, Ciudad del Este y San Juan Bautista de las Misiones.

Uruguay: Diócesis de Melo, Salto y Tacuarembó.

Mapa Diócesis Frontera (2018)