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La Pascua de Fr. Lucas del Valle OP

By 06/03/2014marzo 20th, 2014No Comments

A los 73 años de edad, como consecuencia de una larga enfermedad, partió a la Casa del Padre el jueves 6 de Marzo Fr, Lucas Alberto del Valle Molina OP.

Ayer se celebró una Misa de Cuerpo Presente en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de la calle Cassinoni presidida por el Arzobispo de Montevideo, Mons. Daniel Sturla y concelebrada por el Obispo Auxiliar, Mons. Milton Tróccoli, el Prior Regional del Vicariato regional de la Provincia de Aragón en América del Sur, Fr. Rafael Colomé OP, frailes dominicos, sacerdotes y Diáconos amigos. En la presente jornada se celebraron dos Misas más de Cuerpo Presente y a las 16 hs partió el cortejo fúnebre hacia el Cementerio del Buceo.

Además de integrantes de todas las ramas de la Familia Dominicana, despidieron al religioso dominico jóvenes (de todos los tiempos) y personas en recuperación de su adicción a las drogas a las que acompañó por más de dos décadas.

Fr. Lucas nació en jerez de la Fontera, España y fue ordenado sacerdote el 4 de Agosto de 1965.

Llegó a Uruguay en 1981, invitado por Fr. Carlos Bernal OP y desde el primer momento demostró una especial sensibilidad por las personas que sufren, inspirando en los que estuvieron a su alrededor a tener una mirada compasiva y misericordiosa, confiando en las posibilidades que todo ser humano tiene. Esta forma de entender la condición humana fue la que caló profundamente en el corazón de los jóvenes, que siempre tuvieron un vínculo especial con él.

Lucas fue pionero en el trabajo con personas adictas que buscaban rehabilitarse, abrió las puertas de la Parroquia con el apoyo del Padre Ramón, dando lugar al primer grupo de Narcóticos Anónimos en el Uruguay. Una entrevista emitida por Canal 10 hace 2 años da fiel cuenta de esta vocación (abajo).

Oremos por su descanso eterno.

In Memoriam 

LUCAS ALBERTO DEL VALLE MOLINA (16/11/1940 – 06/03/2014)

Lucas nace en Jerez de la Frontera, el 16 de noviembre de 1940. Su familia se radica en Valencia en dónde conoce a un Fraile Dominico  en una charla. Éste hablaba del Amor y lo conmovió. Luego de ese encuentro decide ingresar a la Orden. Hizo su Profesión Religiosa el 8 de septiembre de 1958. Se ordenó sacerdote el 4 de agosto de 1965.

Estudió Filosofía en Barcelona y Teología en Valencia (en el Vedat). En la misma Valencia hizo el lectorado (grado necesario por aquel entonces para enseñar en los Estudios Generales de los Dominicos). Finalmente estudia Psicología en Barcelona.

Su principal dedicación desde 1965 en que fue ordenado sacerdote, fueron los seminaristas en Cardedeu (Barcelona) y luego los universitarios en Zaragoza. Una faceta importante en su vida fue el contacto con la naturaleza que él contemplaba y disfrutaba en los Campamentos. Tuvo la pasibilidad de compartirlos en el Noviciado y con los jóvenes de KUMBAYA en Barcelona.

Llega a Uruguay el 8 de noviembre de 1981, día de la Virgen de los 33, invitado por Fray Carlos Bernal O.P.  Al comenzar su misión propone la experiencia de los Campamentos y la ofrece como un espacio pastoral de crecimiento y evangelización. Desde entonces Lucas es sinónimo de MOVAL (Movimiento Aire Libre) y de Minas (lugar que desde el comienzo eligió para vivir estas experiencias, descansar, estudiar y rezar). Para muchas personas esa conjunción significó algo muy importante para su vida y la de su familia.

Atendió incansablemente en la Parroquia Sto. Domingo todas las tardes, durante horas a mucha gente que necesitaba encontrar un sentido por el cual vivir, encontrar a Dios, salir adelante. Siempre tuvo especial sensibilidad por las personas que sufren, inspirando en los que estuvieron a su alrededor a tener una mirada compasiva y misericordiosa, confiando en las posibilidades que todo ser humano tiene.

Esta forma de entender la condición humana fue la que caló profundamente en el corazón de los jóvenes, que siempre tuvieron un vínculo especial con él. Fue formando en ellos un estilo de vivir el Evangelio comprometido y en búsqueda de respuestas a los desafíos de la sociedad actual.

Se desempeñó hasta el año pasado como docente  en la Universidad Católica del Uruguay, en las materias de psicopatología, fundamentos de terapia y análisis existencial. Aportando desde su formación, estudio y experiencia hacia la construcción de un peculiar estilo profesional, desde el encuentro con el otro y el vínculo, que según él: “es lo que cura”. Lo que llamaba amor terapéutico.

Desde su presencia pastoral en el Colegio Sto.Domingo, acompañaba al Equipo de Dirección, estando atento especialmente al proceso de crecimiento y maduración de los niños y jóvenes, en diálogo muy cercano con las familias. Siendo un referente en los momentos difíciles.

Lucas fue pionero en el trabajo con personas adictas que buscaban rehabilitarse, abrió las puertas de la Parroquia con el apoyo del Padre Ramón, dando lugar al primer grupo de Narcóticos Anónimos en el Uruguay. Realizó con los adictos un acompañamiento desde lo espiritual y desde lo psicológico. Atendiendo a cada uno, dedicándoles tiempo, escucha y palabras de esperanza. Realizaba Retiros Espirituales para diferentes grupos de adictos y sus familias, en estas experiencias muchos descubrieron a Dios y se integraron a la comunidad.Para él los adictos eran sus preferidos, a quienes dedicaba más tiempo, siempre estaba dispuesto a ayudarlos a toda hora. Respetando la libertad de cada persona, Lucas fue referente en el proceso de rehabilitación de muchos, sin importarle quién era ese otro, o mejor dicho importándole, siempre encontrando algo bueno en cada uno. Es autor del libro “Notas para Adictos. De la Dependencia a la Libertad” que está pensado como una herramienta más que ayude a los adictos en la rehabilitación.

Damos gracias a Dios por su vocación y ministerio, por haberlo traído hasta Uruguay, por los dones que le regaló y que el cautivó: su humor inteligente, sus detalles para cada persona que estaba a su lado, su capacidad de docente, de predicador y su compromiso con los que más sufren.

Al ordenarse sacerdote elige el siguiente lema que cumple con coherencia durante su vida:

“Bienaventurados los pies del mensajero que anuncia la Paz” (Is. 52, 7)

Semblanza aportada por Fr. Edgardo Quintana OP