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La partida del P. José Moreira: “Un apasionado por el compromiso social”

By 26/09/2013octubre 4th, 2013No Comments

El jueves 19 de setiembre partió a la Casa del Padre el Pbro  José Moreira, Cura Párroco de la Parroquia «San Juan Bautista» de la localidad de Santa Lucía (Diócesis de Canelones).  Sus afectos lo despidieron en su Parroquia de hace 40 años, donde celebraron la Santa Misa y desde donde luego partió el cortejo hasta el Cementerio de Santa Lucía.

El Vicario Pastoral de la Diócesis de Canelones, Pbro. Leonardo Rodríguez, oriundo de Santa Lucía, guarda al P. José entre los primeros recuerdos de su infancia y fue con él que compartió sus primeras intuiciones vocacionales. Testigo privilegiado del Ministerio del P. José, a pedido de NOTICEU  comparte algunas  pinceladas de la vida y obra de este sacerdote “apasionado por el compromiso social”.

El Padre José

Me han pedido que comparta algunas experiencias, tras el fallecimiento del P. José Moreira, párroco de Santa Lucía, en Canelones. De esta ciudad soy oriundo, desde que tengo uso de razón recuerdo a José en la Parroquia, pues allí estuvo alrededor de 40 años. En mi vocación ha tenido mucho que ver, pues en su ministerio, en su servicio a la comunidad, en sus opciones… se van dando los primeros indicios de cuestionamiento vocacional para mí, aquellos que durante tiempo quise ignorar o solo considerar como entusiasmos esporádicos, pero que poco a poco se convirtieron en las grandes cuestiones que ocupaban mi pensamiento, mi oración, mi atención. Aún recuerdo hasta el lugar exacto de la casa parroquial donde por primera vez le dije a José: “creo que quiero ser sacerdote”, a lo que su respuesta fue: “lo sospechaba” y a partir de allí con mucho respeto y una prudencia que no parecía encajar con su personalidad fuimos dialogando, y con paciencia buscando discernir la voluntad de Dios.

Apasionado por el compromiso social, donde, según él, había descubierto la senda privilegiada para seguir a Jesús; buscó transitar el camino de la promoción humana y la apertura constante a situaciones desafiantes en la realidad local. Tantos años en la misma comunidad, tema que discutimos tantas veces, le “obligó” a tejer lazos con una y otra generación, y a la vez abrir brechas no fáciles de salvar con otras personas. En cuanto uno profundizaba la amistad con José fácilmente descubría los extremos: la rigidez aparente de la autoridad y la generosidad con el pobre, así como la fragilidad de un niño.

En muchas ocasiones lo acompañé y escuché consolar, animar, en medio del dolor y hasta la misma muerte, por eso, al recibir la noticia de su quebranto de salud y luego su muerte, vino a mi mente, el recuerdo de su misma actitud y servicio, con la certeza de que el Dios de la Vida le ofrece ahora el consuelo, la alegría y el perdón.

No soy quien para señalar aciertos o errores, virtudes o defectos, con afecto de hijo y hermano, solo doy gracias a Dios por su vida, su ministerio… y ruego a María, a quien especialmente me enseñó a querer, lo abrace con amor maternal.

Hoy observo, con detenimiento; considerando los acontecimientos de los últimos días, la muerte de Miguel, la muerte de José, la fragilidad de nuestras vidas, la que no siempre tenemos presente,… y surge el desafío de la fidelidad a la Verdad de Dios y la verdad de nosotros mismos… es el único testamento que valdrá la pena dejar.

P. Leonardo Rodriguez