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“La familia es querida por Dios”: Conferencia compartida por el Gran Rabino Ben Tzion y el Cardenal Sturla

By 26/06/2015julio 4th, 2015No Comments

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El martes 16 de junio, el Cardenal Daniel Sturla visitó el Centro Recordatorio del Holocausto en la Kehilá y, junto al Gran Rabino Ben Tzion Spitz, ofrecieron una conferencia en torno al tema: “¿Qué tiene que ver la fe con la familia moderna?”

Una centena de personas entre sacerdotes, diáconos y laicos católicos así como autoridades y miembros de las instituciones de la colectividad  acudieron a la Kehilá para asistir a “una reunión histórica”, como la calificó el Gran Rabino, quien admitió que “no es secreto para nadie que, durante siglos, no hubo buenas relaciones entre la iglesia católica y el pueblo judío”. El encuentro fue organizado por la Kehilá de Montevideo, la Confraternidad Judeo-Cristiana del Uruguay y la B ́nai B ́rith del Uruguay y comenzó con las ponencias de cada uno de las autoridades religiosas para, luego, dar paso a un espacio de preguntas por parte de los asistentes.

Luego de unas palabras iniciales, el Gran Rabino dio la palabra “a su amigo”, el Cardenal, quien destacó que “desde la fe, experimentamos que la familia es querida por Dios, desde las primeras páginas del Génesis”. Manifestó que vivir o querer vivir la familia según el plan de Dios sigue siendo “vigente”, al tiempo que abogó para que la evolución del ser humano “lleve a que la vida humana sea respetada y la vida de los niños sea recibida como un don de Dios, no como un castigo o como un peso”.

El Arzobispo destacó, en su ponencia, la relevancia del legado de las familias y, concretamente de los padres,  en la vida de las personas. Resaltó, asimismo, la importancia de la conciencia que actualmente tiene la sociedad sobre el respeto que merece cada persona pero aclaró que “no es lo mismo respetar que admitir como positivas todas las leyes que pueden darse”. Refiriéndose a la ley que despenaliza el aborto y a la del matrimonio igualitario, el Cardenal opinó que “para nosotros, en definitiva, no hacen bien ni aún a esas mismas personas que las quieren proclamar o llevar adelante”.

“La Iglesia católica defiende de la familia fundada en el matrimonio entre varón y mujer, en la fidelidad, en la unidad, en la apertura a la vida”, concluyó el Arzobispo.

Por su parte, el Gran Rabino Tzion destacó que la pareja tiene dos partes “una es el amor, sentir amor, y la otra es tener compañía”. “Uno puede tener amor sin compañía o tener una compañía sin tener un amor íntimo”, precisó.

El Gran Rabino explicó que “cada persona, según las leyes judías, debe casarse con el fin de la reproducción” y añadió que según lo indica el Talmud “cada hombre que no tiene esposa vive sin alegría, sin la bendición y sin la bondad”.

El Gran Rabino enfatizó que “tener hijos es, por un lado, un gran sacrificio, un gran trabajo y , por otro lado, es una gran alegría” y subrayó que “aquellos que tienen una familia tienen que atesorarlo, tienen que insistir en eso, no es algo que se sostiene solo”.

CARDENAL STURLA: LA FAMILIA SEGUN EL PLAN DE DIOS SIGUE VIGENTE

Al inicio de su ponencia, el Cardenal Sturla aclaró que“cuando se habla de matrimonio y de familia, no es lo mismo desde la perspectiva del Rabino, de mi amigo, con su familia, que desde la perspectiva de un sacerdote cristiano católico, de la iglesia latina, que nosotros, siguiendo una tradición, mantenemos el celibato.”

El Arzobispo realizó, seguidamente, una anécdota jocosa sobre un amigo que celebraba 50 años de casado y a quien, al acompañarlo en la celebración le preguntó: “¿y cómo te sientes con estos 50 años de casados?” a lo que replicó “ah, se pasaron como 5 minutos”. “Qué bueno”, le contestó el Arzobispo y su amigo precisó: “Sí, como cinco minutos abajo del agua”.

Aludiendo a su propia experiencia familiar, el Arzobispo destacó la relevancia del legado de las familias y, concretamente de los padres,  en la vida de las personas.“

Tras reconocerse conmovido luego de visitar por primera vez el Museo del Holocausto, el Cardenal destacó la importancia de mantener las raíces y la tradición como lo hace la colectividad judía, lo que “tiene este sentido de querer entregar a otros, la propia vivencia”. “Vivencia de dolor grande pero toda vivencia es la riqueza de la vida, de la fe, de la visión, de las costumbres”, acotó. Subrayó, asimismo, la importancia de la preocupación para que los niños se sientan parte del pueblo de Israel, “una realidad que nos habla de lo que constituye algo esencial en la vida humana que es la tradición”, entendida “como entrega de lo más valioso que tenemos.”

“La Constitución de la República, de este laico Estado uruguayo dice que la familia es la base de nuestra sociedad. El Estado velará por su estabilidad moral y material pera la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad. Pero, para nosotros, desde la fe, experimentamos que la familia es querida por Dios, desde las primeras páginas del Génesis: `deja el hombre a su padre y a su madre y seguirá a su mujer y luego serán una sola carne´”, aseveró el Arzobispo de Montevideo.

“Para nosotros desde la perspectiva cristiana, Jesús, hijo de Dios, nace en el seno de una familia que la iglesia venera, la Sagrada Familia de Jesús, José y María”, puntualizó.

El Cardenal señaló que “no es lo mismo una familia tipo de hoy (aunque esta expresión ya también parece caducar), a una familia de hace 30 años, de hace 50 años, de hace más de 100 años. Por de pronto, esa familia grande ahora, se transforma en una familia pequeña. Esto, cuando está constituida, digamos así, por papá, mamá y los hijos”,

“Pero, más allá del tema de la familia como tal y del sentido del matrimonio, esto lleva evidentemente a una pregunta más honda, la pregunta sobre quién soy yo, ser humano, de dónde vengo, adónde voy…”, planteó el Cardenal Sturla. “Y esta pregunta, profunda, desde el corazón humano, lleva enseguida al tema de la fe ¿existe Dios? Y si existe ¿tiene que ver con mi vida? ¿Es el Dios creador diferente del mundo totalmente libre que ha creado por un acto de su voluntad? Entonces, nosotros creyentes en la Biblia, encontramos al Dios creador y al Dios que ha hecho a un hombre a su imagen y semejanza. Y esto, es la base, el hecho fundamental, el concepto más importante en nuestra tradición cristiana tomada del judaísmo”, sostuvo.

El Arzobispo resaltó que “entre tantas amenazas que la familia hoy encuentra para vivir según el plan de Dios, encontramos el relativismo que hace que todo pueda ser de un modo o de otro y que, en definitiva, todo depende de los encares y que no hay realidades objetivas que puedan ayudar a marcar una determinada forma de conducta como en la tradición occidental el legado de Israel, de los Diez Mandamientos, que sigue siendo un legado objetivo en la ley de Dios que el ser humano asume como una realidad profunda que, de algún modo, señala un rumbo de vida.” “Frente a esto está la buena noticia de la familia como Dios la pensó, como nosotros intentamos vivirla”, destacó.

“Quizás hoy, gracias a tragedias que hemos vivido los seres humanos, podemos ser más conscientes del respeto a toda persona que, no es respeto a toda ideología”, admitió. “No es lo mismo respetar que admitir como positivas todas las leyes que pueden darse”, dijo el Arzobispo refiriéndose a las leyes aprobadas en Uruguay que “para nosotros, en definitiva, no hacen bien ni aún a esas mismas personas que las quieren proclamar o llevar adelante, como puede ser, el matrimonio o el llamado matrimonio igualitario o con leyes que atentan contra la vida”.

”Vivir la familia es vivir, o querer vivir según un plan de Dios, que sigue vigente en la humanidad desde la creación hasta hoy y cuya evolución del ser humano ojalá que sea en positivo, que lleve a que la vida humana sea respetad y la vida de los niños sea recibida como un don de Dios, no como un castigo o como un peso”, dijo el Pastor.

Luego, el Arzobispo narró una anécdota que le escuchó a un misionero de África sobre un chico que llegaba a la celebración del domingo cargando a su hermano en la espalda durante muchos kilómetros y horas quien,  al preguntarle cuánto había caminado, contestó que no le pesaba porque el que transportaba en su espalda era “su hermano.”

“Que esto también lo podamos vivir con todos los seres humanos en las diferentes situaciones que hoy percibimos. Ningún ser humano me pesa. Es mi hermano pero no todo lo que se presenta como factible y posible construye al ser humano y por eso, nosotros, queremos reafirmar el valor que la iglesia católica defiende de la familia fundada en el matrimonio entre varón y mujer, en la fidelidad, en la unidad, en la apertura a la vida”, concluyó el Arzobispo.

GRAN RABINO TZION: ATESORAR LA FAMILIA

Al inicio de su alocución, el Gran Rabino aludió a la anécdota efectuada por el Cardenal y dijo, generando risas en el público:“hoy, 16 de junio, es mi aniversario de casado. Son 23 años de casado y transcurrieron como cinco minutos”.

Seguidamente compartió que “hace algunas semanas, el New York Times escribió un editorial en el que señala que hoy en día, casarse es una locura”. “Y estoy de acuerdo”, manifestó, explicando que según “la estadística” el 50% de los matrimonios terminan en divorcio. “Otro hecho estadístico interesante es que 80% de los divorcios son impulsados por las mujeres”, acotó.

El Gran Rabino citó una frase del famoso Rabino norteamericano Soloveichik en el sentido de que “el matrimonio redime el impulso colectivo a su orientación animal y lo convierte en una ley espiritual por su origen o procedencia.” “Creo que él lo ve en una forma holística. Su yerno, que fue mi Rabino en Israel, explica que hay dos partes en el matrimonio: una es tener una pareja y la otra es, la apropiación. Y estas dos son el Primer Mandamiento.” Agregó que la pareja tiene dos partes: “una es el amor, sentir amor, y la otra es tener compañía. Uno puede tener amor sin compañía o tener una compañía sin tener un amor íntimo”.

Tras narrar las dificultades que el divorcio implica al padre, planteó la pregunta “¿por qué casarse?” y, señalando un libro que posaba sobre el atril dijo: “este es el Talmud, que está basado en la Biblia, en la Torá que creemos que fue escrita, fue entregada por Dios a Moisés hace 3.300 años, en el Monte Sinaí y la Biblia, el Talmud, tiene qué decir sobre el matrimonio.”

“La Ley Judía tiene muchos libros escritos sobre las leyes de casamiento y las leyes de procreación”, explicó en Gran Rabino y destacó que “por lo tanto, cada persona, según las leyes judías, debe casarse con el fin de la reproducción. Esta es una ley judía, distinta a lo que sostiene la iglesia latina, porque nosotros, los Rabinos, estamos también comprendidos en este Mandamiento aunque tenemos, algunas excepciones”.

En Gran Rabino indicó, asimismo, que “el Talmud sigue diciendo que cada hombre que no tiene esposa vive sin alegría, sin la bendición y sin la bondad”.

Refiriéndose a la familia y el Estado de Israel, el Gran Rabino destacó que la Nación de Israel está organizada por familias y es una familia, como son una familia los hijos de Jacobo”.

El Gran Rabino resaltó  en su disertación, que “tener hijos es, por un lado, un gran sacrificio, un gran trabajo y , por otro lado, es una gran alegría.”  Finalizó aseverando que “aquellos que tienen una familia tienen que atesorarlo, tienen que insistir en eso, no es algo que se sostiene solo”.

Finalizando el acto, los organizadores obsequiaron  al Cardenal una “Keará” de Pésaj,  confeccionada por miembros del Área de Discapacidad de la Comunidad Israelita del Uruguay y que el Arzobispo aceptó con mucha emoción.

En base a Semanario Hebreo y desgrabación de DECOS Mdeo

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