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 Jesús indicó el camino que debe seguir la Iglesia:  «Anunciar su Palabra y servir a los otros con amor «, recordó Mons. Scarrone

By 03/04/2015abril 10th, 2015No Comments

Misa cena del Se;or Florida

En la tardecita del Jueves Santo, el Obispo de Florida, Mons. Martín Pérez Scremini presidió la Misa de la Cena del Señor en la Catedral del Florida. La homilía estuvo a cargo del Obispo Emérito, Mons. Raúl Scarrone, quien invitó a “dejarnos transformar por la Palabra de Dios y por la Comunión en su Cuerpo, para que crezca el amor y la fraternidad entre todos los hombres y mujeres del mundo”.

“Jesús ante Pedro y los apóstoles indicó el camino que debe seguir la Iglesia y todos los que a ella pertenecemos: anunciar su Palabra y servir a los otros con amor”, destacó el Obispo.

Mons. Scarrone explicó que el “Jueves Santo recordamos la institución de la Eucaristía, aquella ocasión en la que tomó pan y lo transformó en su Cuerpo, tomó vino y lo transformó en su Sangre”. “Esta verdad de fe, requiere de nosotros FE , y esta fe es Él quien nos la da”, aseveró, al tiempo que indicó que “de parte nuestra hemos de tener humildad, para que nuestra mente reconozca que lo que era pan, ahora es su Cuerpo y lo que era vino ahora es su Sangre”. El Obispo emérito de Florida destacó, en este sentido, que “este acto de FE, esta gran verdad, necesita ser renovado cada día y cultivado permanentemente”.

Mons. Scarrone dijo que el Jueves Santo se recuerda, asimismo, un gesto que Jesús quiso darle a sus discípulos como expresión de su amor, que es el lavado de los pies. “El gesto de Jesús significa eliminar nuestros egoísmos, hacer caer las barreras que nos separan o las diferencias para ir al encuentro de los otros con amor fraterno para arrodillarse a sus pies y estar disponibles para prestar los servicios más humildes”, subrayó.
Esta “es la lección de humildad, es la lección de que la vida vale solamente si se pone al servicio de los demás”, enfatizó el Obispo.

“Cuántos andan buscando sentido a sus vidas porque no saben qué hacer ni como emplear su tiempo” (…) basta que abramos los ojos para ver la realidad y estar atentos al que pide y disponibles para quienes nos necesitan”, puntualizó.

Texto de la homilía del Obispo Emérito de Florida, Mons. Raúl Scarrone, en la Misa de la Cena del Señor

En esta tarde del Jueves Santo a la misma hora aproximadamente en la que Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar a Última Cena nosotros con corazón creyente, nos unimos también a su Mea, reviviendo aquel momento histórico. Jesús sabía que aquella era su Última Cena, sabía que ya estaba decretada su muerte. Por eso, antes de despedirse de los suyos, quiso resumir con unos gestos todo el sentido de su vida y de su Palabra: partió el pan y se lo dio a sus discípulos. Tomó una copa de vino y la repartió entre ellos: “Hagan esto en memoria mía”.

Todos tenemos la experiencia de estar al lado de alguien querido en el momento de su muerte. Y luego, cuántas veces pensamos en la persona que se ha ido. Y cuántos recuerdos de ella vienen a nuestra mente: recordamos palabras y cosas que nos había dicho. Recordamos señales de afecto. Y una cierta tristeza nos invade cuando recordamos sus últimos momentos y apreciamos de una manera especial sus últimas palabras, el mensaje final. Para nosotros todo eso es muy importante y buscamos algo que nos recuerde a la persona querida, recuerdos inolvidables los reavivamos, buscamos cartas, fotos y recordamos gestos que han incidido en nuestra vida de una manera especial. Esta es la experiencia que la Iglesia vive en estos santos días que llamamos Semana Santa; la persona querida es Jesús. Por eso, que en las oraciones, en los cantos, en la adoración nocturna de hoy, vamos repasando estos importantes acontecimientos y sus últimas palabras. Hoy, Jueves Santo recordamos la institución de la Eucaristía, aquella ocasión en la que tomó pan y lo transformó en su Cuerpo, tomó vino y lo transformó en su Sangre. Esta verdad de fe, requiere de nosotros FE y esta fe es Él quien nos la da. De parte nuestra hemos de tener humildad, para que nuestra mente reconozca que lo que era pan, ahora es su Cuerpo y lo que era vino ahora es su Sangre. Y este acto de FE, esta gran verdad necesita ser renovado cada día y cultivarlo permanentemente. Y en este día del Jueves Santo, recordamos también un gesto que es expresión de su amor, que Jesús quiso dar a sus discípulos. Y ahora que está a punto de dejarles, quiere ofrecerles un recuerdo, se trata de un gesto simple, que corre el riesgo de pasar inadvertido, se pone a lavar los pies a los discípulos. Como diciéndoles que el amor no consiste en grandes gestos; al contrario muchas veces  se traduce en pequeñas muestras de amor, humildes y sencillas.

El gesto de Jesús significa eliminar nuestros egoísmos, hacer caer las barreras que nos separan o las diferencias para ir al encuentro de los otros con amor fraterno para arrodillarse a sus pies y estar disponibles para prestar los servicios más humildes. Ante esta actitud de Jesús, ante semejante gesto corremos el riesgo de Pedro de escandalizarnos y reaccionar indebidamente. También nosotros tenemos necesidad de recibir como Pedro el reproche de Jesús: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo” que es como decirnos “Si no te dejas purificar por el Sacramento de la Reconciliación, si no aceptas este modo de obrar, si no entras en esta mentalidad, no puedes llamarte cristiano, n o puedes ser mi discípulo”.
Jesús está realizando sus últimos gestos. San Juan afirma que habiendo llegado la última hora, el Maestro quiere dar una prueba de amor supremo a sus amigos. Su muestra está toda ella aquí: es la lección de humildad, es la lección de que la vida vale solamente si se pone al servicio de los demás. Tal es el sentido de las palabras y el mensaje que Jesús deja a sus discípulos y a todos nosotros. Por eso les dice”¿entienden lo que he hecho? Uds. me llaman Maestro y Señor y está bien porque lo soy, Pues, si yo soy el Maestro y Señor, os he lavado los pies, también uds. deben lavarse los unos a los otros. Yo les he dado ejemplo para que hagan Uds. como yo he hecho”.

Cuántos andan buscando sentido a sus vidas porque no saben qué hacer ni como emplear su tiempo. Muchos han comprendido la grandeza del ejemplo de Jesús. Basta que abramos los ojos para ver la realidad y estar atento al que pide y disponibles para quienes nos necesitan. Jesús ante Pedro y los apóstoles indicó el camino que debe seguir la Iglesia y todos los que a ella pertenecemos: anunciar su Palabra y servir a los otros con amor.

Desde más de 2000 años, muchas generaciones de cristianos, de todos los tiempos, de todas las razas han conservado vivos estos recuerdos y nos lo han transmitido a nosotros. Esta tarde es para la intimidad con Jesús, es de recuerdo y de misterio. Las palabras siempre quedan cortas para expresar tanto amor, no alcanzan se quedan pequeñas, no podemos decir todo y por eso necesitamos hacer gestos para acercarnos a lo esencial.

No nos queda más que vivir con intensidad este momento y dejarnos transformar por la Palabra de Dios y por la Comunión en su Cuerpo para que crezca el amor y la fraternidad entre todos los hombres y mujeres del mundo.