Carmen Hernández, iniciadora del Camino Neocatecumenal falleció el 19 de julio, en Madrid, a los 85 años de edad .
Se salud se había deteriorado en el último año y medio, aunque no se le había diagnosticado ninguna enfermedad concreta. El 1 de julio habló por teléfono con el Papa por última vez.
Junto con Argüello, y el sacerdote Mario Pezzi integraba el equipo internacional del Camino, una institución concebida como un “itinerario de formación católica o fundación de bienes espirituales”, una adaptación actual de la dinámica de las primeras comunidades cristianas.
Actualmente el Camino Neocatecumental tiene presencia en los cinco continentes, con comunidades en 120 países y unos 102 seminarios Redemptoris Mater, uno de ellos está en Montevideo. En nuestro país, además, hay comunidades del Camino Neocatecumenal en la Arquidiócesis de Montevideo, y en las Diócesis de Mercedes, Minas, Canelones y Tacuarembó.
CARMEN HERNANDEZ
Nacida en Ólvega (España), de pequeña se trasladó con su familia a Tudela, Navarra, donde pasó buena parte de su infancia y juventud. Estudió la licenciatura en Química en Madrid y después se retiró en el Instituto de Misioneras de Cristo Jesús, donde obtuvo la licenciatura en teología. Trabó amistad con Francisco José Gómez Argüello Wirtz, conocido por todos como Kiko Argüello.
En la década de 1960 Argüello comenzó una labor evangelizadora en el bario Palomeras Altas de Vallecas, producto de una búsqueda espiritual interior. En medio de las casillas pobres de trabajadores inmigrantes nacieron las primeras comunidades del Camino, entre las cuales Carmen se desempeñaba como catequista.
La relación de cercanía y amistad entre ambos fue la levadura de la naciente obra, a la cual después se sumó el padre Pezzi. Extrovertida y de filoso sentido del humor, Hernández sabía ser extremadamente sincera. Cuando compartía exposiciones públicas con Kiko, ambos bromeaban a menudo con anécdotas y chistes.
El 1 de julio el Papa concedió una audiencia privada a Argüello y Pezzi en el Vaticano, mientras estaban reunidos llamaron por teléfono a Madrid y Francisco habló con ella, dándole ánimos en sus últimos días.
En base a VATICAN INSIDER