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Comisión Nacional de Familia y Vida de la CEU invita a celebrar Solemnidad de la Anunciación del Señor, con una especial atención a la mujer embarazada y su hijo por nacer

By 24/03/2020No Comments

 

La Comisión Nacional de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal del Uruguay invita a celebrar el miércoles 25 de marzo  la Solemnidad de la Anunciación del Señor, con una especial atención a la mujer embarazada y su hijo por nacer.

En el mensaje elaborado por la Comisión se subraya “el derecho a la vida de cada ser humano y su dignidad, que no es otorgada por ningún poder de este mundo”. Aludiendo a la situación sanitaria actual, los integrantes de la Comisión destacan que “el valor de cada ser humano y su vida se pone de algún modo patente en esta epidemia de coronavirus que nos mueve a todos y cada uno a cuidar su vida y a cuidar la vida de los demás, especialmente los más vulnerables, comenzando por los ancianos”. Llaman, asimismo, “a salvaguardar en todo momento al hijo que está en el vientre de su madre y a la madre que lo nutre”. “Ella también requiere protección para poder llevar a término el nacimiento de su hijo y su desarrollo futuro”, puntualizan.

Para este 25 de marzo, la Comisión invita a “rever nuestra cultura con respecto al derecho del Niño por nacer y esto nos ayude a formarnos en la protección y defensa de la madre embarazada y su hijo”. También animan a los cristianos a unirse en la oración del Padrenuestro según el llamado del Papa, a rezar el Ángelus en distintos momentos de la jornada y, teniendo presente la fiesta de la Anunciación del Señor, pedir “por la mujer embarazada y su hijo, para que con amor y la solidaridad de todos, con el apoyo social, pueda cuidar al niño que lleva en su seno”.

Comisión Nacional de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal del Uruguay 

25 DE MARZO – ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR – DIA DEL NIÑO POR NACER 

La Comisión Nacional de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal, previo al 25 de marzo, invita a todos a celebrar la Solemnidad de la Anunciación del Señor con una especial atención a la mujer embarazada y su hijo por nacer.

1. El valor y respeto por cada ser humano, creado por Dios.

Junto con las declaraciones de la mayoría de los hombres y pueblos reconocemos el derecho a la vida de cada ser humano y su dignidad, que no es otorgada por ningún poder de este mundo.

Recordamos que el ser humano es la única creatura terrestre a la que Dios ha amado por sí misma (GS 24). Por ello cada hombre o mujer, pequeño, grande o anciano, es imagen de Dios y merece todo respeto y atención.
En esa imagen divina, el ser humano relacionado con los demás, es sobre todo, una relación hacia Dios.

2. El hombre salvado y elevado por el Hijo de Dios hecho hombre.

Tal dignidad de todo hombre es ensalzada aún más por la Encarnación del Hijo de Dios. El Hijo, que existe antes del tiempo en el seno del Padre, Verbo y Sabiduría, por quien todo fue hecho, asume nuestra naturaleza humana, por nosotros y por nuestra salvación, para elevarnos a la condición de hijos adoptivos y conducirnos a su Padre.

3. En tiempos de coronavirus: cuidado y sentido de la vida.

El valor de cada ser humano y su vida se pone de algún modo patente en esta epidemia de coronavirus que nos mueve a todos y cada uno a cuidar su vida y a cuidar la vida de los demás, especialmente los más vulnerables, comenzando por los ancianos.

Al mismo tiempo la epidemia es ocasión de una mirada total de la existencia, que incluye la muerte y el sentido de la vida, el juicio de Dios y la conversión, la muerte de Cristo y su resurrección. El Dios que nos llamó a la vida y nos hace responsables de cada ser humano, nos salva y llama a la conversión para la vida eterna.

4. La mujer embarazada y su hijo.

Sin duda que la situación más dependiente de la vida humana la tiene el niño en el vientre de su madre: su vida está en manos de ella y de los demás. Él es siempre el hijo de una madre que lo lleva en su seno y de un padre, de quienes tiene derecho a protección y amor. El deber de la sociedad es proteger ese niño y sostener a su madre, incluso en medio de diversas dificultades.

Hacemos un llamado a salvaguardar en todo momento al hijo que está en el vientre de su madre y a la madre que lo nutre. Ella también requiere protección para poder llevar a término el nacimiento de su hijo y su desarrollo futuro.

5. Invitaciones concretas para este 25 de marzo.

1o. En primer lugar hacemos un llamado general a rever nuestra cultura con respecto al derecho del Niño por nacer y esto nos ayude a formarnos en la protección y defensa de la madre embarazada y su hijo.

2o. Invitamos a todos los cristianos, de diversas comunidades eclesiales, a unirnos en la oración del Padrenuestro a las 16 hs. (12 horas de Italia), según el llamado del Papa: “invito junto a todos los cristianos de las varias confesiones, a invocar el Altísimo, Dios todopoderoso, recitando contemporáneamente el Padre Nuestro“.

3o. Los católicos tienen la posibilidad de unirse a la celebración de la Anunciación del Señor de diversas formas. Sugerimos se incluya también la intención: Por la mujer embarazada y su hijo, para que con amor y la solidaridad de todos, con el apoyo social, pueda cuidar al niño que lleva en su seno.

4o. Sugerimos también el rezo del Ángelus a las 12, así como en la mañana y en la tarde, para invocar a la Madre de Dios; por todos los que luchan en esta epidemia, por los que cuidan la vida de los seres humanos de diferentes maneras, por los que sufren la pérdida de seres queridos, por los difuntos y particularmente por la mujer embarazada y su hijo y por todo niño por nacer.

Que Jesús, Hijo de Dios hecho hombre, que por nuestra causa fue crucificado y venció el pecado y la muerte, y nos abre el camino hacia el Padre, Él que ha querido de alguna forma llevar en su carne a cada ser humano, nos acompañe en todo momento y nos regale también la compañía de María, su Madre, de San José y todos los santos, nuestros hermanos.