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Al inicio de la Cuaresma el Cardenal Sturla animó al «esfuerzo de la conversión»

By 04/03/2017No Comments
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El Cardenal Daniel Sturla presidió la Misa de 12 en la Catedral /F. Gutiérrez

Este 1° de marzo comenzó la Cuaresma, con la celebración de la Misa de Miércoles de Ceniza. La Eucaristía, presidida por el Cardenal Daniel Sturla, se celebró sobre el mediodía en la Catedral Metropolitana con unos 200 fieles. Se realizó la imposición de las cenizas, en esta ocasión acompañada de un gesto de veneración al Evangelio.


Jesús nos obtiene la salvación

En su homilía, el Cardenal Daniel Sturla comenzó por recordar la Carta de San Pablo a los Corintios: “Déjense reconciliar con Dios. A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro”. Y explicó que “tenemos nada menos que al Señor Jesús identificado con el pecado para obtenernos de este modo la salvación”.

A continuación, el Arzobispo de Montevideo recordó que “somos salvados por la entrega total y radical de Cristo”. Observó que “obtenemos gratuitamente la salvación y sin embargo, al mismo tiempo, esta salvación requiere nuestra aceptación. Un esfuerzo de conversión”. Para eso “este tiempo de cuaresma que iniciamos hoy quiere, de modo patente, hacer en nuestras vidas conciencia de nuestra necesidad de conversión” puntualizó.

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Concelebró el Obispo Auxiliar de Montevideo, Mons. Milton Tróccoli /F. Gutiérrez

Ayuno, oración y limosna

El Cardenal Sturla mencionó que “la Iglesia ha identificado estos tres grandes caminos de conversión: el ayuno, la oración y la limosna”. Y trajo a colación al Papa Francisco “que en su mensaje de Cuaresma, invita a descubrir al otro, sobre todo cuando es un otro que necesita de compasión y ayuda. Y ha tomado como ícono, como imagen, la parábola del rico y el pobre Lázaro”.

El Arzobispo hizo un llamado a “no dejar que haya entre el necesitado y nosotros un abismo, porque no somos capaces de mirarlo y descubrirlo”. Y advirtió que “ese abismo, como en la parábola, se puede volver infranqueable”.

El Cardenal observó que si bien el ayuno no es algo que se  tenga muy en cuenta en la actualidad, “está unido a la humanidad desde el principio, al sentido religioso que sabe abstenerse de comida”. Llamó entonces a un redescubrimiento del ayuno como “lo están haciendo muchos grupos cristianos” y exclamó “¡¡¡Que bueno sería que nosotros lo redescubramos!!!”.

 

Dolor, vergüenza y perdón

Siguiendo la homilía el Arzobispo de Montevideo mencionó: “Hay también un elemento doloroso, que me avergüenza y que es importante poner hoy en la luz. Y es que el Papa pidió a todas las Iglesias que eligieran un día como jornada de oración por los menores víctimas de abusos sexuales por parte del clero. La Conferencia Episcopal de Uruguay eligió el día de hoy, Miércoles de Ceniza. Hoy me toca como Obispo de esta Diócesis poder decir, con vergüenza y dolor, perdón. Perdón a todos aquellos que siendo menores fueron víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes o religiosos”.

El Arzobispo citó al profeta Joel: “Entre el vestíbulo y el altar, lloren sacerdotes, ministros del Señor”. Y admitió que “cuando preparaba esta Misa veía esta frase como un mensaje que el Señor nos estaba diciendo. De verdad, más allá de los números, que haya habido solamente un caso da para que nosotros experimentemos el dolor, la vergüenza y el deber de pedir perdón por este pecado tan infame”.

El Arzobispo llamó a rezar “por quienes fueron víctimas, pedimos al Señor que nunca más ocurra en la Iglesia santa de Dios hechos como estos”. Recordó que “la Iglesia hace ya 10 años, por lo menos, que sabe perfectamente cómo actuar en estos casos. Hay un protocolo de actuación y, por lo tanto, se trata de aplicarlo cuando hay una denuncia”.

El símbolo de las cenizas

Sobre el final el Cardenal  explicó que “las cenizas son el símbolo de esta celebración penitencial. Esta celebración no queda en sí misma, sino que está proyectada hacia la Pascua del Señor. El Señor Jesús, al que el Padre identificó con el pecado, nos ha obtenido por su muerte y resurrección la salvación”.

El Arzobispo instó a mirar hacia la Pascua, porque “sabemos que celebraremos con gozo el triunfo de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio, de la gracia y la salvación sobre el pecado”. “El Señor nos ha dado la salvación gratuitamente, respondamos con nuestro esfuerzo perseverante al don de Dios” concluyó.

En base a la crónica publicada en http://icm.org.uy/camino-hacia-la-pascua/