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25 años de la visita de Juan Pablo II a la UCU

By 10/05/2013mayo 17th, 2013No Comments

“A vosotros, estudiantes, os abro mi corazón. El Papa os ama y os acompaña. Estáis viviendo una etapa importantísima de vuestra vida en la que forjáis el futuro de vosotros mismos y de vuestra Patria. Tened ideales altos. Por eso aprovechad al máximo este tiempo en que podéis dedicaros al estudio, a la investigación, a la búsqueda de la verdad y a la indeclinable formación de vuestra voluntad. Recordad siempre que vuestra futura capacitación es sumamente importante para vosotros, para vuestra futura familia, para vuestro país. Sed responsables y generosos en el uso de las posibilidades que se os ofrecen.»  Son las recordadas palabras que el Papa Juan Pablo II dirigió a los estudiantes de la Universidad Católica del Uruguay, el 7 de mayo de 1988.

Ante cientos de integrantes de la comunidad universitaria, autoridades nacionales, periodistas, y personas de los ámbitos cultural, social y empresarial, el Papa proclamó un discurso sobre la importancia de la cultura para el desarrollo de las sociedades, así como el papel y el aporte de las instituciones educativas católicas en la formación de personas dedicadas a los otros.

Para rememorar la visita del Papa Juan Pablo II a la UCU, en el sitio web de la institución universitaria se publicó el 7 de mayo un video conmemorativo que compartimos. 

Leer el discurso completo de Juan Pablo II 

Compartimos el artículo de la Historiadora Susana Monreal alusivo al acontecimiento, publicado en 2001 en la Revistas Lazos de la UCU.

 

ESTAMOS HACIENDO HISTORIA

 JUAN PABLO II EN LA UNIVERSIDAD CATÓLICA

Mayo 1988 

Susana Monreal 

El sábado 7 de mayo de 1988, un poco más de dos horas después de llegar a Uruguay, el Papa Juan Pablo II entró a la Universidad Católica del Uruguay. En el Aula Magna – área en la que se ubican actualmente la Biblioteca, la Secretaría General y otros sectores administrativos de la Universidad -, lo esperaban las figuras más representativas del mundo de la cultura. Allí se habían reunido figuras políticas, destacados académicos, representantes diplomáticos, directores de centros de enseñanza públicos y privados, directores de los medios de comunicación, representantes del teatro, de la plástica, de la música del Uruguay, y el cuerpo docente de la Universidad Católica. En el estrado esperaban al Papa, todos los Obispos uruguayos, el Superior Provincial de la Compañía de Jesús, y el Consejo Académico de la Universidad Católica. Sobre un costado de la sala se había ubicado una amplia plataforma, en la que se instalaron los periodistas y camarógrafos que acompañaron al Sumo Pontífice en su viaje, y que representaban a las grandes cadenas informativas del mundo. En las áreas de acceso al Aula Magna – hoy, Librería y parte de la Biblioteca – por donde el Papa entraría a la sala en la haría su discurso, lo esperaban los funcionarios de esta casa, quienes tuvieron el acceso más directo a la persona de Juan Pablo II. Los estudiantes se reunieron en le Patio central – hoy,  zona de servicios – y para ellos sería el más cálido mensaje del visitante.

Habían pasado nueve meses de preparativos, muy complejos para una Universidad Católica recién nacida, de muchos esfuerzos, de mucha ansiedad, y también de mucha ilusión.

Al ingresar a la sede de la Universidad, el Papa recibió el saludo de los dirigentes de las iglesias cristianas no católicas presentes en Uruguay, y el de los dirigentes de la comunidad judía uruguaya.

Ya en el Aula Magna, durante veintiocho minutos, el Sumo Pontífice desarrolló su Mensaje al Mundo de la Cultura del Uruguay, que fue transmitido simultáneamente a todo el mundo, vía satélite y por intermedio deRadio Vaticana. “Quiero alentar de manera particular – dijo el Papa – a todas aquellas personas e instituciones que, de una u otra forma, colaboran con esta Universidad Católica del Uruguay que hoy nos recibe en su sede. Este centro académico tiene ante sí una misión importante al servicio de la tarea evangelizadora de la Iglesia y al servicio de la toda la nación, de acuerdo con los objetivos que le son propios: “calidad, competencia científica y profesional; investigación de la verdad al servicio de todos; formación de las personas en un clima de concepción integral del ser humano, con rigor científico y con una visión cristiana del hombre, de la vida, de la sociedad, de los valores morales y religiosos”.

Cuando se acallaron los largos aplausos, el papa se desplazó hacia el patio central, y allí recibió el saludo de más de tres mil estudiantes – de la UCU, de liceos y escuelas católicas de todo el país y de diversos movimientos de pastoral juvenil. Juan Pablo II escuchó la bienvenida que le diera Paulo Olascoaga, entonces estudiante de Comunicación Social, y dialogó durante unos minutos con los entusiasmados jóvenes uruguayos.

Al retirarse de la Universidad Católica, el Papa descubrió la placa conmemorativa de su visita, con la que nos topamos cada día al entrar a esta casa.

Cuando retomamos las tareas, el lunes 9 de mayo, todos, “funcionarios, responsables de servicios, estudiantes, profesores y directivos” recibimos una cálida nota del Rector,  Luis del Castillo SJ, y del Consejo Directivo. “La fiesta del sábado –  decía – ha sido fruto de reflexión preparatoria y oración, incansable trabajo, alegre disponibilidad, calidad, calidez, sonrisa, esperanzada actitud cotidiana y servicio responsable. (…) Muchísimas gracias por el aporte de cada uno de ustedes. Seguiremos encontrándonos en las aulas, en las oficinas, en los corredores, en la pulpería (así llamábamos a la cantina, ubicada en el actual emplazamiento de la Facultad de Ingeniería); continuemos cultivando esta unidad e integración demostradas gozosamente con motivo de la visita de Juan Pablo II. Marcan un estilo que quisiéramos mantener y desarrollar”.

Paulo Olascoaga dio la bienvenida al Papa en nombre de los estudiantes:

“Los jóvenes uruguayos, los estudiantes uruguayos, en medio de duras pruebas, vivimos con mucho entusiasmo el desafío de ser verdaderos discípulos de Cristo, el desafío de transmitir el mensaje de Cristo en nuestros ambientes, de rescatar los valores evangélicos presentes en nuestras raíces culturales, el desafío de arriesgarnos al diálogo entre la fe y la cultura para lograr una sociedad verdaderamente justa, fraterna, solidaria”.

Monseñor Luis del Castillo SJ , Rector de la Universidad Católica, recibió al Papa en el Aula Magna y nos presentó a todos con las siguientes palabras:

“Santo Padre:

Al darle la bienvenida a esta Universidad que ha sido motivo de su paternal solicitud en varias ocasiones soy portavoz de todos los presentes en testimoniarle nuestro afecto y nuestro respetuoso saludo.

En Uruguay aprendimos de niños a relacionar la identidad nacional con la cultura y la educación con la democracia.

En nuestras dimensiones relativamente modestas hemos valorado la calidad de vida y la cultura austera de los ciudadanos por encima de poderes y riquezas.

Del encuentro de corrientes de pensamiento en esta encrucijada atlántica, creció el respeto por al pluralidad, el interés por lo diferente, la tolerancia por las ideas discrepantes.

Nuestro país en medio de circunstancias adversas está realizando un esfuerzo de recuperación; sin embargo no ha sido inmune al deterioro de los valores y de la conciencia moral tantas veces señalado por Su Santidad en distintos foros del mundo. Nuestras mejores tradiciones han sufrido múltiples embates.

En respuesta al peligro que esto comporta para nuestra identidad cultural, la Universidad Católica del Uruguay quiere ser un nuevo espacio, permanente y público, para investigar, enseñar y difundir el mensaje de Jesús en un encuentro mutuamente enriquecedor con la cultura de nuestro pueblo en el marco de tolerancia y pluralismo que lo caracterizan.

(…)”

 

 Información tomada de www.ucu.edu.uy