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La Organización San Vicente del padre Cacho , se encamina a los 30 años de actividad 

By 24/02/2017No Comments
Misa

El P. Cacho celebrando Misa en la bloquera de San Vicente /Gentileza M. Clara

Con el nombramiento como Siervo de Dios del Padre Ruben Isidro Alonso, Padre Cacho, son muchos los testimonios que se han dado a conocer sobre su vida y su obra a través de los medios. La organización San Vicente es uno de los legados más fuerte de Padre Cacho, justamente en los barrios donde vivió y trabajó gran parte de su vida. ICM tuvo la posibilidad de dialogar con el Padre Adolfo Amexeiras, actual responsable de la Organización San Vicente, Obra Padre Cacho.

El inicio de la organización
El Padre Amexeiras, recordó que el Padre Cacho “cuando veía que una comunidad ya andaba por sus propios medios, se trasladaba hacia otro lugar donde la situación era más compleja. Cuando se trasladó por primera vez al barrio San Vicente fue por un motivo de desalojo, fue para estar cerca porque sobre el barrio pesaba una espada de Damocles”.

En ese barrio, relata Amexeiras, “en su trabajo con los clasificadores y otras personas, descubre sus necesidades, su realidad; todo eso va generando distintas actividades. Al comenzar a construir las viviendas se empiezan a armar talleres para fabricar bloques, de herrería para las aberturas. Se ve la necesidad de abrir algunas guarderías y ollas. Todo eso tiene un proceso que es muy complejo en que participa gente de adentro y de fuera, que apoyaban”.

Pero “Cacho nunca habló de hacer una organización” advierte el responsable de la obra,” lo que sí se da cuenta, es que ante tanta complejidad es necesario darle a todo este movimiento una arquitectura”. Es así como en el año 1989, junto con los que estaban ayudando al Padre Cacho y los vecinos, se funda la Organización San Vicente.

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Pbro. Adolfo Amexeiras

Tres líneas de trabajo
La organización ha evolucionado en estos 28 años de trabajo y tiene tres líneas principales de acción. “Una es la parte educativa; aquellas que fueron guarderías de vecinos, llevadas como se podía, hoy están articuladas bajo el plan CAIF”, comenta el Padre Amexeiras. Y agrega “hay 5 CAIF que están trabajando con niños menores de 3 años. Después hay 2 clubes de niños que funcionan a contra turno de la escuela, acompañando procesos de los gurises. Y hay un centro juvenil que acompaña procesos educativos de secundaria”.

Todo este trabajo está articulado por dos responsables dentro de la organización, que coordinan un lineamiento común y que se mantenga vivo el fundamento que le dio Padre Cacho: lo principal son las personas. Esto es muy importante confía el Padre Amexeiras “porque a veces la actividad, atender algunos tipos de situaciones y armonizar todo, nos va llevando a correr y olvidar ese espíritu”.

Otra línea de trabajo es la vivienda. El responsable de la Organización San Vicente puntualiza que “se sigue trabajando en acompañamiento de grupos que están en proceso de traslado o realojo. En estos momentos queda uno de la época de Cacho en el Barrio Nuevo Mausa, él mismo vivió allí un tiempo. Por más que hay un préstamo aprobado, todavía estamos en vuelta con el Ministerio de Vivienda. Esperemos que haya sensibilidad y se destrabe esta situación que lleva más de 30 años”.

La tercera línea de trabajo es con los clasificadores. Se articula de distintas formas “por un lado un convenio con la Intendencia, con camiones que levantan lo que descartan los clasificadores en determinados barrios donde no hay servicio de recolección de residuos” informa Amexeiras. A esto se suman “algunas cooperativas que se han autonomizado, como COCLAM (Cooperativa de Clasificadores Ambientales). Hay otra UCAP, que tiene bastantes años, que está trabajando en la limpieza de la planta de CONAPROLE”.

El sacerdote que dirige la organización agrega que “hay dos grupos, uno que está trabajando en Montevideo Shopping y y otro en Portones Shopping, contratados para hacer la gestión de residuos. Reciben un sueldo de los shopping y, a su vez, ellos gestionan los residuos que luego venden y con eso redondean un salario decoroso”.

Un camino marcado
En la actualidad en la Organización San Vicente hay un grupo de 15 o 20 personas que se encargan de la coordinación, que están trabajando en los diferentes proyectos. Más allá de este grupo son muchísimos los que de una u otra forma están involucrados en la organización por los convenios y proyectos.

Mirando hacia adelante, el Padre Amexeiras comenta que “la búsqueda está en lograr nuevos grupos, que dé la oportunidad de sentir que están trabajando, que están haciendo, que están reconocidos. Y que tengan la oportunidad de nuclearse, dándole continuidad a los proyectos. Así podrán independizarse de la Organización San Vicente y convertirse emprendimientos autónomos”.

Tomado de www.icm.org.uy